Siempre me ha gustado manejar de noche, disfruto de todas esas luces que van apareciendo durante el recorrido, los llamados fantasmas que forman un conjunto de luces fenomenales en una autopista iluminándose casi mágicamente al paso de tu auto, los señalamientos que parecen brillar con luz propia y aquellas que te deslumbran por un segundo avisándote que algún conductor con problemas de visión tuvo que hacer uso de sus luces más brillantes.
Como todos, he escuchado todas esas leyendas de carretera que son tan diferentes de un pueblo a otro: desde el señor que te pide lo lleves a su pueblo solo para descubrir que va a su propio velorio, hasta la chica hermosa que subes esperando tener una aventura y lo que obtienes es un demonio que te hace volcar el auto con consecuencias fatales. Pero, siendo escéptico de toda la vida, solo me entretengo con ellas y me imagino encontrándome con algo así durante mi trayecto.
No hay muchos autos esta noche, creo que en los últimos 5 kilómetros no he visto uno solo. Un anuncio me advierte que una serie de curvas están por llegar, tomo mis precauciones y bajo un poco la velocidad. A mi izquierda no veo luz alguna, solo la oscuridad de la noche. De pronto, empiezo ha sentir que el auto se mueve de una manera errante, no es normal, o la autopista tiene muchos baches o... ¡Dios mío! Me he quedado dormido, pero... ¿Cómo? ¿En qué momento? No estaba cansado, no tenía sueño; sin embargo, estoy consiente de que estoy dormido.
Trato de gritar, de moverme, de despertar... pero todo esfuerzo es en vano. Recuerdo a mis amigos contarme que cuando se les sube el muerto no se pueden mover aún estando consientes, pero siempre les dije que era un desorden del sueño, que todo tenía una explicación científica.
De pronto, siento un vértigo que solo he experimentado con mi fobia a las alturas, es tanto el miedo que logro abrir los ojos un instante antes de estrellar mi auto contra las piedras de un barranco.
Entonces despierto de un sobresalto, estoy en el asiento trasero del auto de mis padres, siento un alivio que solo los que tienen insomnio combinado con pesadillas lo entienden, respiro profundamente durante algunos minutos, sintiéndome feliz de estar vivo, de que todo fue solo una pesadilla... ¡Estoy a punto de gritarle a mis padres que los amo! ¡Que estoy tan feliz de estar con ellos!
El auto se detiene y reconozco la penumbra del lado izquierdo, es la misma de mi pesadilla, mis padres se bajan del auto y colocan una veladora dentro de una caja de cristal para evitar que se apague con el aire de los autos al pasar.
Mi madre llora, mi padre la abraza y solo escucho el susurro lleno de dolor de mi madre preguntando a Dios por qué le había quitado a su único hijo...