Piercing vs Tattoos {Y.M} {PvsT History}

Maletas

Jimin estaba radiante, se sentía feliz y libre al haber confesado que era homosexual frente a sus compañeros en el equipo de baloncesto.

Volvió a recordar aquel día con una sonrisa en sus labios, que dejaban ver algunos de sus piercing mientras hacía y deshacía su maleta, sin saber qué llevar y qué no.

Al final, cuando terminó de empacar para aquella semana en Jeju, pidió tres pizzas a domicilio y vio una película junto a su hermano menor y su mejor amigo.

-¿Cuánto tiempo dijiste que estarías fuera? -Jimin rodó los ojos conteniendo las risas de burla antes de responderle a Jungkook.

-No estarás a cargo, Kookie. Creí que ya estaba claro -el menor bufó y se cruzó de brazos.

-Pero si soy más maduro que él -gruñó apuntando a Taehyung, quien se mantenía en silencio con una ceja alzada, luego se encargaría de vengarse por aquel trato.

-No bromees -rió al fin, contagiando al pelirrojo, ambos burlándose de las quejas de Jungkook.

-Ugh, como sea

La mañana asomó, su alarma sonó. Se levantó rápidamente y corrió al baño para darse una ducha, sonrió en todo momento y salió de casa con su maleta en manos, eufórico por pasar toda una semana con Yoongi.

Se reunieron frente a la cancha y, apenas llegó el pelinegro, juntó sus manos con las de Jimin, provocando las risas y pequeñas bromas amistosas de parte de los demás integrantes del equipo. Subieron al autobús que llegó cinco minutos después y todos durmieron durante el trayecto.

-Conseguí habitaciones para que sean repartidas en parejas, y creo que, sería justo que la parejita oficial comparta habitación, ¿no? -apuntó con la mirada a Yoongi, que sostenía la cintura de un somnoliento Jimin, todos afirmaron haciéndolo reír-. Bien, entonces, con eso decidido, los demás saquen un papel

Fue un completo juego de azar para los demás, luego ingresaron al hotel y cada uno fue a su respectiva habitación, con su compañero, ya que tendrían el primer día libre, para "prepararse mentalmente".

El menor depositó a Jimin en la cama, a pesar de que este no dormía realmente, y sonrió al verlo sonrojado.

-Tranquilo, hyung. No lo atacaré mientras duerme -rió cuando Jimin cogió una de las almohadas y se la lanzó al rostro.

El resto del día pasó entre sesiones de besos, unas cuantas caricias y comentarios idiotas por parte de ambos. Jimin terminó por dormirse mientras Yoongi jugaba con sus piercing.

Los siguientes dos días fueron completamente agotadores, era un entrenamiento intensivo que los dejaba sin aliento. Jimin pidió permiso y corrió hacia la primera tienda que encontró para comprarse una botella de agua, perdiendo el habla al ver a aquellas dos personas ahí.

¿Por qué sus padres estaban ahí? No estaba preparado aún, habían pasado alrededor de cuatro meses desde que no los veía y tampoco quería hacerlo por el momento. Le dañaba pensar en las palabras de su padre cuando, aquella vez, confundido por su orientación sexual, se había acercado a preguntarle. Por su culpa él se había resignado a negar lo que realmente era y sentía, hasta que Yoongi apareció en su vida.

Reaccionó queriendo huir, pero la mirada profunda y dulce de su madre ya se había instalado en él y se acercaba con sorpresa y cariño hasta abrazarlo.

Al final del día no le había desagradado tanto el encuentro, admitía que necesitaba de uno de los abrazos de su madre, pero la mirada de su padre, esa que fingía ser afectuosa, le dolía.

-¿Sigues soltero, hijo? -y ahí estaba, preguntando idioteces, siendo tan él, Jimin simplemente no podía evitar sentir rencor. Asintió débilmente, mintiendo acerca de su vida romántica, porque no podían saber sobre Yoongi.

Frunció el ceño en ese momento ¿Por qué no podían saber de su novio? Meditó las cosas mientras, al parecer, su madre intentaba llamarlo. Tal vez, el destino le había llevado a sus padres justo en donde él se encontraba para que justamente tomase con fuerza las riendas de su vida: debía salir del closet.

-Ah... debo irme, porque estoy aquí por entrenamiento ya saben... Baloncesto -se encogió de hombros, incómodo-, pero...

-Tan luego, cariño... -suspiró su madre-, tal vez ¿Podríamos encontrarnos otro día? Cena con nosotros, Jiminie -sonrió, esa era la oportunidad de Jimin.

-Claro que sí -acordaron hora, día y lugar antes de que Jimin se marchase con el corazón agitado.

Su plan sería invitar a Yoongi a esa cena y presentarlo con sus padres para liberarse.