CAPÍTULO 6

439 48 34
                                    


La semana de Kurt no había mejorado en lo absoluto, aún se le veía cansado, aburrido o triste. Sólo el sabía cómo se sentía.
Sin contar el hecho de que Blaine no lo había visitado desde hace un par de días.
  
  
– Él vendrá a visitarlo–. Dijo un anciana frente al mostrador sacando a Kurt de sus pensamientos.

– ¿Qué?

– Su novio–. Insistía con una sonrisa tímida.

– Yo no tengo novio, señora–. Aclaró, sin entender a quién se refería.

– Es curioso, porque siempre que viene a visitarlo usted sonríe sin darse cuenta.

– ¿Qué ordenó? – Preguntó, intentando pasar desapercibido el rojo de sus mejillas.

(• • •)


– Insisto que es muy temprano–. Se quejaba un adormilado Chase desde el asiento trasero del auto de Blaine.

– Aún tenemos que arreglarnos–. Respondió Blaine mientras tocaba el claxon por sexta vez.

– ¿Qué más da como luzca si voy a tener sueño? Lo entendería si fuera una pijamada pero...

– ¡Scott, juro que si no estás en el auto en cinco minutos irás a pie! – Vaya que Blaine comenzaba a perder la cabeza.

– Blaine, debes calmarte–. Decía Chase mientras miraba por la ventana.– Desde que dejaste de ver a Kurt has perdido la cabeza.

– Podría verlo hoy, pero Scott se tarda años en despertar–. Respondió Blaine.

– Ya estaba despierto–. Replicó Scott subiendo al auto–. ¿Qué harías si no tardará tanto?

– Nada–. Blaine parecía adolescente enojado.

– Quiere ir con su Kurt–. Lo acusó Chase.

– ¿Ya es algo tarde, no? – Preguntó Scott.

Blaine puso en marcha su automóvil y fueron directo a la casa de sus padres. Sin Stella cómo le dijeron.
Pasaron un par de horas en la antigua habitación de Blaine mientras charlaban y esperaban a que el resto de la familia Anderson llegará. 

– Cooper llegará en diez minutos–. Les aviso la vieja niñera de Blaine.

Sus amigos decidieron bajar de inmediato mientras qué Blaine permaneció estático pensando como librarse de la reunión familiar.

(• • •)

Eran apenas las 2:00 PM y Kurt estaba completamente aburrido.

"Tal vez si Bla... ¡NO! ", Se obligaba a dejar de pensar.

Y por si su día no pudiera ir peor, la campanilla de la puerta sonó indicando la llegada de la persona que menos quería ver.

– Buen día, Hummel–. Saludó un hombre mayor.

– No lo será para usted–. Dijo Kurt sintiendo como su sangre subía a la cabeza.

– Podría ser para ambos–. Propuso el hombre mientras extraía de su portafolio un par de hojas ya arrugadas.
Las mismas que Kurt se había negado a firmar otros días.

Old Life, New Life.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora