CAPÍTULO 12

425 42 8
                                    


Blaine se encontraba en casa recostado, no tenía idea de que debía hacer.

¿Ayudar a la empresa de su padre? O ¿Debería ayudar a Kurt, quién no le confiaba nada?

Tal vez para algunos era obvio, pero él consideraba a Kurt como un amigo. Le agradaba pasar tiempo con él e incluso cuando no era así se ponía histérico.
Y por otra parte, era su familia a la que le daría la espalda por ayudar a un "desconocido".

¡Su celular! – Blaine se levantó de la cama y corrió por el abrigo del castaño, buscó en las bolsas y lo encontró.

Lo encendió e intentó desbloquear...

"Inserte PIN"

1.      2.     3.
4.      5.      6.
7.      8.      9.
#.      0.      <

¿Cómo iba a saberlo?

Blaine puso el móvil en su buró e intentó conciliar el sueño.

(• • •)

– Kurt...– Hablaba un hombre atractivo con delineador y ropa extravagante.

– Ya sé lo que dirás, ahórratelo–. Respondió el ojiazul tomando asiento en uno de los sillones.

– Debes dejar de verlo–. Decía el extravagante hombre sentado frente a Kurt.

– Lo he intentado, pero siempre regresa.

– Tal vez si le dices la verdad...

– ¡No, Elliott! No puedo. – Kurt se notaba asustado pero su amigo no entendía ¿Qué tenía de malo?

– ¿Entonces qué? ¿Le seguirás dando esperanzas? ¿Le harás creer que estás interesado?

– No son esperanzas, Elliott.

– ¿Entonces, te gusta? – Elliott estaba divertido haciendo sonrojar a su amigo.

– ¡No, Elliott! Basta.

– De acuerdo, entonces te visitó el chivo expiatorio del Señor Anderson...– Dijo Elliott cambiando de tema.

– Sí, de nuevo... Estoy harto–. Confesaba Kurt.

– Entonces no tardarán en contactarme–. Concluyó Elliot y Kurt asintió.– Me alegra saber la rutina.

Elliott sonrió con complicidad, era cierto que irían a buscarlo... Siempre con las mismas preguntas "¿Porqué demandó a Kurt Hummel?" "¿Podría decirse que es peligroso?" "¿Qué oculta?"

– Será mejor que me vaya–. Dijo Kurt y le dió un beso en la mejilla.– Gracias por todo Elliott.

...

Kurt abrió más tarde que otros días. Era sábado por la mañana y para suerte de él no había rastro de Blaine.
 
De todas formas los sábados no solía tener muchos clientes, pero prefería estar aburrido en el trabajo que en casa.
 
Preparó como era su costumbre algunas tandas de Magdalenas y sus duyas.

La campanilla de la entrada le avisó de la presencia de una mujer.

– Buenos días. – Saludó.

Old Life, New Life.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora