CAPÍTULO 20

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– ¡Blaine, tienes que calmarte! –. Gritaba Scott desde el otro lado de la oficina.

– ¿Calmarme? –. Blaine caminaba en círculos por el lugar.– ¿Y si le pasó algo?

– Él está bien–. Afirmó Scott sin despegar la vista de su ordenador.

– ¡No ha trabajado en dos días! – Blaine estaba perdiendo la cabeza.

– Está molesto, dale un tiempo para recuperarse–. Lo corrigió

– ¿Y qué hay de Kurt?–. Insistió Blaine con los puños cerrados.– Él no ha ido a trabajar en tres días.

– Kurt no trabaja en Domingo, sólo son dos–.  Se burlaba Scott.– Y también está bien.

– De cualquier forma iré a buscarlo a su casa–. Aseguró Blaine volviendo a su asiento.

...

– Buen día–. Saludaba Chase a todos en el piso hasta llegar a su escritorio.

– Chase, lo siento. No es lo que parecía... – Comenzó a abrumarlo.

– Basta–. Respondió Chase intentando sentarse en su silla.

– ... Estábamos buscando velas cuando ella... – Insistía.

– ¡Ya lo sé, Blaine! Ella me lo dijo.

– ¿Ah, sí?

– Debí suponerlo, ella propuso la cita doble contigo. Y la que me dijo de ir al súper–. Explicaba Chase encogiéndose de hombros.– Quería una cita con Blaine, no con Chase.

– Lo siento–. Se disculpó Blaine.

– No es importante. AHORA, ¿Dónde está Kurt? – Preguntó Chase.

– No lo sé–. Respondió Blaine volviendo a poner su cara de desesperación.

– Deberías llamarlo.

– No puedo–. Dijo Blaine.

– La regla de los tres días ya no aplica–. Lo regañaba Chase.

– Yo tengo su móvil, no puedo llamarlo–. Explicó mostrándoles el teléfono del castaño.

– Sabía que eras obsesivo pero ¿Robar su móvil? – Decía Scott.– Eso es otro nivel.

– No lo robé, iba a devolverlo.

– Sí, claro–. Se burlaban sus dos amigos.

– Iré a su casa–. Repitió y Chase comenzó a negar con la cabeza.

– Es mala idea.

– ¿Porqué? – Preguntó Blaine.

– Mira, si Kurt no va al trabajo mañana, nosotros te llevamos.

Blaine aceptó la propuesta de Chase y continuó con su trabajo.
Miraba con intriga el móvil de Kurt ¿Qué podría estar escondiendo?



– Blaine, tu padre quiere verte–. Dijo la misma secretaria de siempre.

– Gracias–. Dijo sin ánimo, probablemente era para presionarlo sobre su "misión". Por lo que se tomó su tiempo para ir a su llamado.

– ¿Qué ocurre? – Preguntó Blaine desde el marco de la puerta.

– Pasa, siéntate–. Dijo su padre.

– Estoy bien, tengo algo de trabajo–. Respondió cerrando la puerta.

– Confío en que vas perfectamente con el trabajo que te asigné–. Decía su padre.–  Así que te llevaré a una fiesta de negocios.

– ¿Qué?

Old Life, New Life.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora