CAPÍTULO 29

430 42 51
                                    


– No me importaría seguir manejando contigo como compañía, pero la gasolina comienza a agotarse–. Dijo Blaine después de hora y media al volante.

– ¿No cargaste está mañana? – Preguntó Kurt mirándolo asustado.

– No, lo haría esta noche... camino a tu pastelería. Pero ya sabes el resto de la historia–. Le dice sonriente guiñandole el ojo.–  Me raptaron.

Ambos se echaban de menos, extraban reírse de comentarios sin sentido o sus bromas privadas.
Tenían una charla amena hasta que comenzaron a escuchar sonidos raros provenientes del auto de Blaine mientras perdían velocidad.

– ¡Mierda! – Soltó Blaine.

– Tendremos que bajar y empujarlo–. Propuso Kurt.

Hicieron algunos intentos pero sin éxito, estaban cansados de empujar y comenzaba a hacerse tarde.

– Kurt, debo marcar a una grúa. Qué vengan por nosotros. Nos iremos mañana, si aún es tu decisión.

– No Blaine, no puedo volver ahí.

– Estamos en medio de la nada–. Decía Blaine tomando su móvil.– Es un milagro que tenga señal.

Kurt no respondió, caminaba por los alrededores como señal de que prefería quedarse a dormir entre los arbustos a regresar.

Blaine podía notar algo extraño, sin duda debía tratarse sobre su pasado. ¿Lo habría llevado hasta ahí para contarle? Tal vez, ¿Para asesinarlo por mentirle todo ese tiempo?

– Kurt, sabes que no me iré sin ti. ¿Cierto? Que iré a dónde quieras.– Dijo acercándose a Kurt, quien se había sentado en una roca cercana cabizbajo.

– ¿Aunque eso signifique no volver nunca?

– Aunque no vuelva nunca–. Susurró Blaine sentándose a su lado.
Blaine pasó sus brazos por el cuello de Kurt y recargó su cabeza sobre su hombro. No tenía la menor idea de cómo reconfortarlo.

– Blaine, no he sido totalmente honesto contigo–. Dijo Kurt mientras Blaine lo apretaba más contra él.

– Nada de lo que digas me hará cambiar de opinión–. Susurraba Blaine sobre el cuello del castaño.

– Hablo enserio–. Dijo Kurt separándose de Blaine. No podía seguir con toda esa farsa. Y si definitivamente quería los mimos de Blaine tendría que tomar el riesgo.

– Kurt, quizá es muy pronto pero yo te amo–. El castaño tuvo que espirar hondo al escucharlo.

– Hace 6 años...



 

6 años antes.

Kurt, ¿Estás feliz? – Preguntaba Carole, su madrastra.

– ¡Aún no puedo creerlo! – Decía Kurt totalmente emocionado.

Era el cumpleaños número 18 del castaño y su familia había accedido, después de que Kurt rogara por meses, aventurarse a un día de campo a las afueras de la ciudad.

Su padre, Burt, había rentado una casa rodante para que se sintieran más cómodos durante el viaje.
En cuanto a Finn, su hermanastro, pasaba durmiendo la mayor parte del viaje o hablando por teléfono.

Kurt salía con un chico, con quién hasta ese momento tenía una relación tranquila, su nombre era Adam Crawford.
Cuando la familia de Kurt comenzó a planear su sorpresa de cumpleaños, recurrieron a Adam. Nadie lo conocía más que su novio de dos años.

Old Life, New Life.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora