Tu nombre es más lindo que el cielo de enero;
más lindo que el mar, incluso que el cuerpo
de muchas mujeres, que el sol y su fuego.
Parece que llora, que canta, que siente.
Es como un beso que enciende tu boca
cuando lo pronuncias, y pienso a veces
que todos los nombres envidian su suerte
de ser melodía tan dulce y hermosa.
Quisiera saber quién fue el poeta
que sólo con una palabra tan breve
logró describirte con tanta destreza,
acaso sin verte y sin conocerte.
Realmente parece como si bajaras
de altas estrellas, rompiendo las leyes
que impiden que un ángel a la tierra caiga
y cierre sus alas en mí para siempre.
Tan claro es tu nombre, y tanto revela.
No hay quien lo escuche sin que se asombre.
Por eso me inhibes. Me impacta que seas
incluso más bella que tu propio nombre.