ETERNIDAD

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Estás lejana, más allá de los planetas,

diosa callada tras las nubes mexicanas.

Gentil te bajas a la tierra y te acercas,

pero yo sé que volverás a tu galaxia.


Que no se apiade tu hermosura de mi alma

y por salvarla un segundo de su afrenta

vayas a dar a los confines de esta nada,

ilusionada por la astucia de un poeta.


Que allá en Sonora no das sombra a tu patria

y sus gastados sedimentos no te hospedan.

El mundo cruje al sentirte, se desarma.

No habrá otro sol cuando se encienda tu grandeza.


Y al entregarse a la luz de tu mirada

el vasto cosmos, consagrada tu belleza,

en ese modo de lucir eternizada

hallará Dios a su definitiva estrella.

Poemas que bajan de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora