No sé qué tiene la tarde en Sonora
que me inquieta, estando yo tan lejos,
y no consigo dormir si no se ahonda,
allá en Sonora, la noche en el silencio.
Intento darle un sentido a mi desvelo,
ordeno cosas, escribo un ensayo,
y en ese mundo sumido bajo el manto
de las tinieblas me siento un extranjero.
Y a la mañana, mi vida es tan corta
que, si no duermo, me quedo esperando
que esa luna que sube por Sonora
encienda el sueño que necesito tanto.
No tengo trato con estas vanas horas.
Camino solo por este mundo extraño.
No sé qué tiene la tarde en Sonora
que resplandece a la noche como un rayo.