Agarre mi espada hecha de madera y ejecute varios movimientos hacia uno de los militares. Luego de dos minutos de intensa batalla, logre incrustarle mi espada en su estómago. Después de dicha acción, Se retorció en el piso con un dolor inimaginable. Sentía una cierta culpa, pero era bastante normal, ya que ellos eran obligados a que nos ataquen. Todavía no podía creer el show que estaban haciendo los humanos, controlar a una especie totalmente inocente para que nos destruyan y que luego ellos vengan como si nada y traten de hacerse los "héroes". Bastante lamentable deben ser sus vidas para idear un sinfín de planes destructivos.
-¡necesitamos más refuerzos! -gritó uno de ellos mientras era atacado por pitbull.
-¡debemos irnos! -hablo escarlata con el cansancio entre sus pies.
Corrimos con todas las fuerzas que nos quedaban, eran muy escasas, pero nunca dejamos de luchar y eso era más importante. Con el pasar de los minutos, se nos hacía muy difícil el recorrido por el bosque, no teníamos donde escondernos, ni donde poder descansar. Cuando ya estábamos lejos de aquellos militares ensangrentados, pudimos percatarnos de que ya no había mas recorrido, como si hubiera un enorme precipicio que nos impedía llegar al otro lado. con temor, me acerqué y mire lo que estaba sucediendo. Tenia vértigo al ver a la altura que estábamos, pero cuando observé hacia abajo, me di cuenta que había un enorme río cristalino. si saltábamos, íbamos a sobrevivir, pero el hecho de saltar a mas de cincuenta metros, me dejaba los nervios de punta.
-¿que mierda haremos? -pregunté nervioso y asustado.
-no tenemos otra solución, si nos quedamos aquí, nos encontrarán. -contestó escarlata mientras saltaba y se escuchaban sus gritos de adrenalina.
-buena suerte... -dijo pitbull secamente. agarro un poco de vuelo y salto de espaldas. Ahora solo quedábamos yo y mi hermana.
-debemos saltar... se que es difícil, pero debemos superar nuestros miedos. -trate de calmarla, pero sus lágrimas reflejaban un terror gigantesco.
-tengo mucho miedo, ¡por favor no me dejes aquí! -sollozaba con la respiración entrecortada.
-hazlo por mí... si quieres podemos saltar al mismo tiempo. Te prometo que estaremos a salvo, después te reirás al ver lo fácil que fue. -le agarre la mano y cerramos los ojos.
-a la cuenta de 3, 1....2... -un disparo hizo que detuviera mi conteo. Mire a mi hermana y esta tenia los ojos en blanco, cayó al suelo rocoso con movimientos siniestros y una lagrima entre su mejilla izquierda. Mi mundo se destruyo en pedazos, trataba de reanimarla, pero los intentos eran nulos.
-¡los encontramos, Una ya cayó al suelo señor! -hablaba un militar que se encontraba con una arma en sus manos. Al parecer estaba hablando con un monitor.
-¡nooo! ¡Te destruiré maldito imbecil! -grité destruido por las lágrimas.
Agarre mi espada con fuerza y se la enterré en su corazón, luego le corte su cuello con una furia inmensa. Corrí hacia dónde estaba mi hermana y le tome la mano, pude notar que ella también lo hacia. Ya no tenía razones para vivir, lo único que tenia en mi vida, era mi hermana.
-debes irte... -susurro con las pocas fuerzas que le quedaban.
-¡no te dejaré aquí! ¡Debes resistir! -mis pensamientos se volvieron oscuros y sentía una sed de venganza.
-te...quier..-no alcanzó a terminar la frase, solo se podía ver cómo sus ojos miraban el cielo fijamente.
Todo había acabado para mi, ya no tenía las mismas fuerzas que antes, ahora solo tenía una furia incontrolable, pero a la vez, vulnerable. Iba a despedir a mi hermana, pero justo llegaron mas militares. Todos quedaron boquiabiertos por la escena que acababan de presenciar.
-¡son unos malditos cobardes, por eso los humanos los utilizan como quieren! -exclamé destrozado, mientras tomaba mi espada reluciente por la sangre de los otros rehenes.
Eran alrededor de cuatro militares, pero mi furia era tan grande que pude cortarle el cuello a dos con solamente un movimiento. Uno de ellos me empujó y me disparo con su arma eléctrica, con poca conciencia, pude notar que estaba cayendo del precipicio. Lo más probable es que quedara inconsciente y muera ahogado en el río, al pensar esa idea coloque una mueca esperanzadora.
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Creencia artificial
Science FictionNunca pensé que los humanos regresarían a mi planeta... cuando era pequeño, mis padres me dijeron que ellos eran nuestros dioses y que nos habían creado a partir de su ADN. yo nunca confié en ese mito, pero mi sociedad tendía a creer esas fantasías...