Capitulo 22

68 10 3
                                    

Los días pasaban lentamente, lo que provocó que mi salud mental se deteriorará cada vez más. solo contábamos con comida una vez al día y no teníamos la oportunidad de tener un mínimo de higiene. Nadie sabía cuando íbamos a salir o si efectivamente íbamos a pudrirnos en ese lugar. Joanna con su hermano postizo, se abrazaban cálidamente, al parecer estaban aceptando su destino de quedarse aquí por siempre.

Cuando mi conciencia ya la daba por perdida, un chirrido metálico se interpuso en mis oídos, poco a poco vimos como una parte de la sala se abría, dejando ver una luz blanquecina que no era agradable para la vista. Cuando la puerta ya estaba completamente abierta, tres militares entraron con unas cadenas metálicas y un artefacto bastante extraño. Al ver nuestra situación actual, solo se demoraron dos minutos en amarrarnos con aquellas cadenas. No tenia fuerza, por lo tanto la idea de escaparme eran nulas. Trataba de moverme, pero el metal me rodeaba por completo. Luego de que cayeramos vencidos al suelo, entraron mas militares, los cuales empezaron a arrastrarnos fuera de la habitación que tanto nos recibió por días.

Me despedí con la mirada, se que fue un lugar horroroso, pero me mantuvo alejado del exterior y eso lo agradezco mucho. Los militares nos llevaron por un pasillo interminable, no había articulado ninguna palabra desde que nos sacaron de aquella habitación, por lo que no dude en preguntar:

-¿nos pueden decir a donde nos llevan?

-las preguntas las dejamos para el final... -contestó secamente mientras nos arrastraba con toda su fuerza.

-vaya, que lastima que tu único propósito en este planeta es llevar a los prisioneros y no contestar ni siquiera una simple pregunta... ¿donde está tu jefe? -preguntó joanna en modo de desafío, sin duda, era muy buena en provocar a los humanos.

-mira niña, si no te callas, será peor para ti, así que no me vengas a tratar así. -dijo el militar mientras se acercaba a su cara con una mueca de furia.

Joanna lo miró fijamente y justo cuando el militar iba a alejarse, esta le tiro un escupo en la boca. el militar se lanzó hacia atrás y empezó a tener arcadas, aquella situación hizo que me riera a carcajadas. Uno de los militares que se encontraba al lado derecho de nosotros, tomo el artefacto extraño y no dudó en colocarlo cerca de Joanna.

-¿que mierda es eso? -preguntó extrañada y un poco asustada.

-la única forma de poder controlarlos -apretó un botón azul y empezó a rociar a Joanna con una especie de humo rojizo.

Unos gritos de dolor se escucharon por todo el sector, me asuste por el hecho de que podía ser algo muy dañino para su salud, aunque no tenia ni la menor idea de lo que era eso. El militar que contenía el artefacto no paraba de reír, mientras que el otro se estaba limpiando el escupo que le había tirado Joanna. Cuando
El humo rojizo dejo de salir de aquella estructura metálica, me concentré en ver la cara de mi amiga misteriosa. Estaba bastante quemada, incluso se le podía ver la carne de su rostro, me produjo nauseas, pero también una pena inmensa, ¿como eran capaces de crear esas armas mortíferas?

-espero que hayas entendido la lección, no te metas con nosotros. -dijo el mismo militar que había rociado a Joanna con aquel artefacto. Se quedo quieto y abrió una puerta gigantesca que daba al exterior.

Entramos por un pasillo bastante oscuro, mis ojos no podían acostumbrarse a tal oscuridad, por lo que no me demore en mostrar mi incomodidad. Moví los pies y las manos desesperadamente, sentía un terror indescifrable, la idea de que nos podían matar no me dejaba tranquilo. Cuando sentí que ya no nos arrastraban, pude ver una luz rojiza en una pared metálica. Uno de los militares apretó una serie de patrones y abrió la puerta de grandes dimensiones. Cuando entramos, pude escuchar gritos de agonía por todas partes, al parecer, aquí estaban todos los prisioneros de la nave. Sentía un alivio, porque ya no estaba tan solo, pero todo cambió cuando se escucho una música tétrica, acompañado de una voz grave que retumbaba en la habitación oscura:

-bienvenidos al proceso de selección, espero que todos hayan tenido una buena acogida, dentro de los próximos días serán enviados al planeta tierra. Lamentablemente, solo el 10% podrá salir con vida ya que no tenemos tanto espacio para todos. Mañana será el primer día de selección, espero que duerman bien, hasta pronto. -la música se apago y los gritos de desesperación se hicieron notar por todo el sector.

Me saque las cadenas de encima y trate de buscar a Joanna, era tanta la oscuridad que no pude ver absolutamente nada. Cuando ya me di por vencido, dos seres se acercaron a mi rápidamente, por lo que pensé que era Joanna y su hermano postizo:

-¿donde se habían metido? ¿Joanna te encuentras mejor? -pregunté con certeza y preocupación.

-¿quien es esa tal Joanna? Soy yo, tu amiga escarlata y a mi lado esta pitbull, supongo que nos recuerdas, a no ser que te hayan lavado el cerebro.... -respondió escarlata en tono de burla al llamarla Joanna.

-¡tanto tiempo, pensé que habían muerto! -dije alegremente. por primera vez en mucho tiempo, sentí una cierta dosis de felicidad.

-estamos más vivos que nunca, bueno eso era antes de escuchar que solo el 10% saldrá con vida. -exclamó pitbull con un tono cómico.

-espero que podamos sobrevivir -conteste sin obtener respuestas.

Luego de diez minutos en completo silencio, un grito de sufrimiento se escuchó al otro lado de la sala. Al parecer, ya nadie estaba a salvo......

Creencia artificialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora