Sirius estaba frustrado, irritado, malhumorado, confundido y con el orgullo bien herido.
No solo por el hecho de que faltaba poco para la noche de Halloween y no tenía una pareja decidida; sino que Lucius Malfoy no desaprovechaba la oportunidad de mirarle socarronamente cada vez que podía. Desde aquella rara noche con Snape y Malfoy; el rubio se había burlado de él en silencio, haciendo alución a su "escasez de mujerzuelas". ¡Ese no era el punto!
El problema era que había tenido una erección cerca de Snape y eso lo repelía y asqueaba al mismo tiempo; cualquier cosa podría malinterpretarse de eso y estaba absolutamente seguro de que Malfoy lo había tomado de la peor forma. Maldita fue la hora en la que no se fue con Samantha aquella noche, no tendría que soportar tanta patraña por parte del prefecto de Slytherin.
En cuanto a Snivellus, él simplemente pasaba del asunto; al parecer tampoco estaba nada a gusto con suponer ser la causa de la erección del león, así que también optó por creer que era por la noche de sexo que Evans y él frustraron sin querer.
—Qué estupidez —gruñó clavando un tenedor en el brownie de su plato.
—Cielos, Padfoot, últimamente has estado con un humor de perros —afirmó Remus mientras seleccionaba a gusto los brownies de chocolate.
—No me digas —dijo con ironía, rodando los ojos.
—Ey ¿qué sucede? Estamos a menos de dos días para la noche de Halloween y tú andas peor que perro rabioso. ¿Será que no conseguiste pareja? —sugirió James.
—Por favor, Prongs, me ofendes. Sabes que eso no es problema.
—¿Entonces?
—Nada, ando aburrido. Es todo.
Ni loco les contaba lo de hace cinco noches.
Los ojos de James observaron cómo Severus Snape salía del comedor con un semblante más animado; esos últimos días, Lily y él se habían reunido en la biblioteca para estudiar, y el de lentes no podía negar que esa situación lo tenía muy celoso.
—Tengo la solución a tu aburrimiento, Pads.
—¿Mhn?
—Vengan.
Los marauders salieron del comedor poco después que Severus; encabezados por James, sus pasos se apresuraron camino en dirección del Slytherin, en las áreas verdes.
El pálido chico solo quería estudiar tranquilamente, en el comedor no se podía por el exceso de bulla y la biblioteca a esas horas estaba llena; Severus siempre prefería el silencio.
Apenas se había acomodado debajo de una haya, cuando llegaron James y su grupo. Severus se percató muy tarde, pues no solo estaban ellos, sino unos cuantos más de otras casas que querían ver el espectáculo.
—Oh... Snivellus ¿qué pasa? ¿hacemos mucho ruido en el comedor?
Severus no era estúpido, casi por instinto quizo sacar la varita, pero...
—¡Expelliarmus! —pronunció el león de lentes, con voz firme— Uh-oh, Snivellus...
—Bien hecho Prongs, no le des opciones —felicitó Black con una sonrisa de medio lado.
La varita de Severus salió volando; Potter no era tonto, sabía que en cuestiones de encantamientos y maleficios, el Slytherin tenía excelente reputación; así que no lo dejó actuar con la varita.
El azabache miró hacia todos lados, encontrándose con casi nulas posibilidades de huir.
—¿Quién quiere ver los calzoncillos de Snivellus?
ESTÁS LEYENDO
La Luz del Príncipe [Cancelada]
FantasySirius Black tiene un plan para hacer que su hermano del alma, James, deje de estar tras las faldas de la señorita Evans. Sin embargo, un altercado en sus planes lo lleva al Bosque Prohibido que hace que empiece a ver a Snape con diferentes ojos. Pe...