Los merodeadores se encontraban en el patio cubierto de nieve, Peter y Sirius estaban armando un muñeco de nieve, Remus leía y James caminaba de un lado a otro, las vacaciones de navidad estaban a un día, y para ser preciso, detestaba la idea de irse a casa sin haber arreglado las cosas con Lily.
El panorama era inusual, africanos y sudamericanos jugaban con la nieve como si no estuvieran acostumbrados a ello. Los franceses decoraban todos los árboles deshojados con bolillas brillantes y los japoneses junto a los árabes estaban sentados en ronda, bebiendo y compartiendo comida.
Los pocos extranjeros que se veían, eran los descalificados, porque en ese preciso momento, todos los participantes aún estaban dando las pruebas escritas en el jardín mágico. Esta vez no se dejó a nadie entrar al lugar si no era profesor, director o participante. Al menos en lo que duraba el examen.
Severus corregía las pociones que a propósito habían sido escritas con errores bastante rebuscados. En una de ellas decía que se giraban tres veces a la izquierda y una a la derecha, cuando eran cinco a la izquierda y dos a la derecha; o indicaba 12 gramos de polvo de tela de araña australiana cuando en realidad eran 17 gramos. En algunos hasta se salteaban pasos.
Era fácil percibir gente sudando de solo leer las hojas, algunos no sabían qué corregir exactamente, otros tiraban la toalla.
Snape estaba relajado, a veces pedían escribir o mejorar pociones, y eso era algo que había practicado hasta por las puras. En su libro de pociones avanzadas, había anotado miles de correcciones comprobadas y obvias, hasta el punto de considerar que las ediciones buscaban entorpecer el trabajo de los estudiantes.
Luego de casi dos horas de prueba, Snape entregó su prueba y se estiró el cuello, había sido doloroso permanecer con la cabeza gacha tanto tiempo.
Afuera, Lily sacaba cuentas con su vuelapluma, porque no, la leona no llegó a ser eliminada, ya que solo falló en la última poción de la prueba pasada, su puntaje le sirvió para seguir dentro, como también fue el caso de Karkaroff.—Creo que ahora sí me eliminan —dijo cuando Severus llegó a su lado.
—¿Por qué? La prueba estaba simple.
—Es que tú eres... Bueno, tú. ¿Cómo iba a acordarme que eran siete dientes de rata y no nueve?
En el comedor, la bulla se trepaba por las paredes como plaga. Pues muchos estaban recibiendo regalos y paquetes de parte de sus familiares. Regulus enseñaba su nueva escoba, una que llegó con un vociferador al estilo de Walburga Black; cuando fuera a casa, era seguro que recibiría más.
—¿Vas a irte a casa para navidad? —preguntó Severus a Lily.
—Si califico para la semana de finales, obviamente no ¡quiero conocer Castelobruxo!
—Ya veo. Aún falta un poco para eso.
—Sí, espero quedar. Lo mejor es que tú sí quedarás.
—¿Cómo estás tan segura de eso?
—Como si tú no lo estuvieras. —Lily lo empujó levemente como juego y se despidieron cuando cada uno fue a por su mesa.
No era un escenario usual; Rosier, los mellizos Carrow, Mulciber, Avery e incluso Dolohov estaban sentados muy cerca, hablando sibilinosamente, Regulus también intentaba participar, pero se le veía notablemente incómodo.
—Se reunió lo más maléfico de Slytherin —habló Lestrange a su costado, recién llegando e invitándolo a sentarse a su lado.
—¿Por qué todos están juntos? —susurró Severus mientras fingía tomar un pedazo de pavo.
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La Luz del Príncipe [Cancelada]
FantasySirius Black tiene un plan para hacer que su hermano del alma, James, deje de estar tras las faldas de la señorita Evans. Sin embargo, un altercado en sus planes lo lleva al Bosque Prohibido que hace que empiece a ver a Snape con diferentes ojos. Pe...