Carta número uno.

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Luka:

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Luka:

    Hola soy Katia, te digo mi nombre Por que se que no sabes de mi existencia, se que no sabes que desde tercer grado estoy enamorada de ti.

No puedo dejar de pensar que es algo raro ya que nunca me dirigiste la palabra, ni un saludo, ni una mirada, directamente no me dirigiste nada. Es como si no existiera para ti, pero hay algo que me hace amarte.

   Es extraño, lo se. También se que es algo rápido como te lo "estoy diciendo", lo escribo entre comillas por que ni siquiera te lo estoy diciendo. Sólo lo estoy escribiendo en una carta que guardaré en una caja y no se la mostraré a nadie más que a mi misma.

   En mi mente van pasando diferentes pensamientos de que esto es una locura ¿Me estaré volviendo totalmente loca? ¿O esto en realidad me ayuda a descargarme y liberar lo que siento? Estoy muy confundida no se ni como expresar bien todo.

   Pero tus ojos, tu boca, tu pelo,tu todo. Me tienen completamente  enamorada.

  Luego de todo este tiempo aún pienso si seré demasiado estúpida por seguir enamorada de ti, sabiendo que las posibilidades de que tú sepas al menos mi nombre son nulas y que nunca hemos hablado ni cruzado una mirada. Dios estoy tan mal.

          Katia.

  Suspirando dobló la carta por la mitad, estiró mi mano y tomo una pequeña caja color azul oscuro que se encuentra sobre el escritorio de mi habitación y guardo la carta dentro  con un gran número uno escrito en ella.

  Algo nuevo en mi rutina luego de llegar a casa. Siempre ha sido llegar a casa tomar un paquete de galletitas oreos y encerrarme a leer por interminables horas. En las que me perdía imaginando que era la protagonista de diferentes historias: desde querer un romance tan hermoso como el de Romeo y Julieta, pero con un final de un cuento de princesas para niños como en la Bella y la Bestia, uno de mis favoritos,  hasta imaginar que luchaba en los Juegos del hambre como Katniss o estar buscando la salida del laberinto como Thomas. Siempre ha sido así, yo y mi imaginación como compañera.

  Me doy vuelta en la silla y me quedo mirando por la ventana como los niños juegan en la calle, tan felices, sin preocupaciones. Mientras que yo estoy sola con un repertorio de canciones tristes sonando en mi celular y mi más fiel compañero de pelaje gris oscuro y manchas blancas acostado en el piso junto a mi. Una tarde común.

  Un poco perezosa me levanto de la silla y me dirijo hacia el borde de mi cama, guardo la caja color azul debajo de ella y constato que la caja no se vea de lejos. Lo que menos quisiera en este momento es que alguien sepa sobre esto. Travis dirige su mirada hacia mi y hace un pequeño ruido con su boca acompañado de un movimiento con su cola.

— Lo se pequeño, es un poco loco esto ¿No? — acaricio su pequeño cuerpo y me siento en la cama. Golpeo mis piernas en señal para que se acerque a mi y Travis lo hace. Lo alzó sobre mis piernas y lo miro. — Yo si creo que es una locura, pero no se que hacer. — Sólo consigo un ladrido de su parte.

  Alguien golpea la puerta de la habitación y me sobresalto. Bajo a Travis de mis piernas y me tiro al suelo en un movimiento rápido para chequear de nuevo que la caja no se vea.

Vuelven a golpear la puerta y ahora se escucha una voz que conozco muy bien:

— Katia ¿Te encuentras bien? — Habla Scott del otro lado.

Travis se sube en mi espalda y comienza a ladrar en dirección hacia puerta. Siempre le ha ladrado a los gemelos, supongo que porque de pequeños ellos le hacían maldades al pobrecillo. A Travis lo tenemos desde que tengo siete años, ya es parte de la familia. Recuerdo que lo encontré en el vecindario donde vivíamos antes, me habían dejado que me lo quedé pero con la condición de que yo debería cuidar y limpiar lo que hacía el perro. Sabía que mis padres no iban a hacer nada de todos modos así que acepte y desde allí el se ha vuelto una gran compañía, aunque ahora está más viejo y cascarrabias.

— Sal Travis. — Hablo con dificultad — Pasa — Contesto.

—¿Sucede algo? — Pregunta mientras cierra la puerta con un golpe con su trasero. Nos ve a ambos tirados en el suelo y luego de reírse saca a Travis de mi espalda.

— No, gracias — Me limito a contestar levantándome del suelo y sacudiendo mi ropa.

— Quedaron en llamarnos. — Habla de golpe mientras se sienta en el suelo.

— ¿Crees que lo hagan? — Me tiro en la cama.

— Según Ethan si, yo ya no se que pensar. — Se encoge de hombros.

  Los gemelos siempre han sido muy diferentes a mi. Ellos siempre se han caracterizado por ser alegres y carismáticos. Hace dos años que están en búsqueda de "La fama", luego de años de estudiar actuacion, van de casting en casting, aunque hasta ahora no han tenido suerte nunca se han rendido, todo lo contrario a mi. Ya me he rendido hace rato, en todo. Sólo me quedan sueños que se que nunca se harán realidad.

— Fuimos a la oficina. — Continua hablando. — Papá y Mamá no han podido atendernos, según la de recepción estaban ocupados.

— Como siempre — Murmuró.

— Creo que le contaremos cuando vengan o eso creo — Se encoge de hombros.

— ¿Crees que estarán desocupados? — Pregunto preocupada. Al igual que yo ellos esperan algún día tener una conversación con ellos, pero nunca ah podido.

Mi familia es algo rara, no puedo decir que somos de esas familias que viven discutiendo a los gritos, pero si puedo decir que esas familias tienen más comunicación que nosotros. Bueno más con nuestros padres.

— No lo sé. Según Ethan si, así que eso espero.

Yo igual eso espero...

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Bueno, bueno, bueno Holaa ahora primero que nada ¿Como están?. Ya tienen el nuevo cap, como notarán ya no es sólo una carta, ahora sabemos un poco más de Katia, vamos a ir conociendo su historia y un poco más de lo que piensa.

¿Les gusta esto? Me encantaría leer su opinión 😊

Ahora si, sin más que decir les mando besos con sabor a oreo 😘 y nos leemos luego ❤.

Cartas a un amor imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora