— Esto pesa demasiado. — murmuró entre dormida.
Algo corta mi respiración y me está molestando demasiado. Además pesa y mi cuerpo no está acostumbrado a cargar tanto, bueno excepto los libros que cargó del aula a mi casillero.
Debo ver que sucede, pero mi cama en este momento parecer estás más cómoda que nunca y no me permite moverme, es un imán. Además se que una vez que me despabile ya no podré seguir durmiendo, eso hará que durante el día no pueda prestar atención a mis clases y eso para mi es muy importante, más si quiero mantener mis notas para poder entrar a la Universidad con grandes calificaciones.
El dilema de seguir durmiendo y morir en el intento, y despertarme a fijarme que es lo que me corta la respiración, se está haciendo cada vez más grande en mi cabeza. Decido hacer caso a mi sentido común y no queda otra que fijarme que es lo que me corta la respiración.
— ¡Oh, Travis! — exclamó al ver a mi pequeño perro sobre mi pecho. — ¿Acaso no tenías un mejor lugar para dormir? —Pregunto mientras le hago cosquillas al pequeño perro sobre su tan adorable barriga. Logró que salga de encima de mi y trato de acomodarme de nuevo.
Mi intento de seguir durmiendo se desvanece, ya no hay otra alternativa. No puedo volver a dormirme. Miro hacia mi mesa de luz el reloj y son las seis de la mañana, genial me desperté una hora antes. Definitivamente soy la persona con la peor suerte del mundo. Creo que podría haber aguantado una hora más con Travis sobre mi pecho, eso hubiera sido mucho mejor.
Me siento sobre mi cama y paso mis manos sobre mi rostro mientas me digno a mirar hacia un punto fijo en mi habitación sin sentido alguno, allí en un punto donde se encuentran diferentes posters de mis Artistas favoritos.
Cualquier persona que me vea en este momento con los ojos hinchados, el cabello desparramado y mirando hacia la nada, pensaría que escape de un hospital psiquiátrico, cosa que si sigo como vengo no lo veo muy lejano a pasar, pero no, me desperté recién; y no tengo la suerte de despertar maquillada y peinada, yo despierto como un gran espantapájaros. Aunque durante el día tampoco me importa maquillarme o peinarme.
Con toda la pereza del mundo me levanto para ir hacía la cocina a ver si mis padres ya se han ido a trabajar o si alguno de mis dos tan amados hermanos está.
— Maldición — Me quejó al chocar mi pequeño e inofensivo dedo pequeño contra un mueble.
— ¿Kat eres tú? — Escucho la dulce voz de mi hermano Scott — ¿Estás bien? — pregunta y lo veo aparecer por la puerta de la cocina.
— Nunca he estado mejor — respondo sarcástica mientras froto mi mano sobre mi pie tratando de calmar el dolor — ¿Qué haces tan temprano? —pregunto. Esto me toma por sorpresa, ver mis hermanos despiertos a esta hora es extraño, ellos luego de terminar el colegio olvidaron que existía algo antes de las doce del mediodía.
— Con Ethan iremos a ver unas cosas — responde indiferente.
Se que planean escapar para ir a un casting, desde que han terminado sus estudios el año pasado, este ha sido su pasatiempo. Van detrás de sus sueños y eso me gusta. Eso es una gran característica de ellos.
— ¿Comercial? — Pregunto comenzando a caminar hacia la cocina.
— Y de detergente, por eso ayer decidimos lavar los platos. Necesitábamos practicar. — Sonrie Scott de una manera exagerada.
— Yo digo que les irá excelente, lo suyo son las cosas de la casa. — Bromeo.
— Gracias hermanita.— Me sonríe luego de besar rápidamente mi mejilla.
Luego de ir por mis amadas oreos vuelvo a mi cuarto a vestirme y lavarme los dientes para ir al Instituto. Llegó me tiro con "toda las ganas de vivir " Y me pongo a pensar cosas, como el porque no nací como de Scott y Ethan.
Luego de pensarlo por unos minutos agarró mi pequeño y ya clásico cuaderno y arrancó una hoja. Tomo el bolígrafo y empiezo a escribir una carta que no estará dirigida a Luka como estaba ya acostumbrada a escribir, sino hacia mis hermanos.
Ethan y Scott:
Hola hermanitos...
Si mis queridos y carismáticos hermanos mayores. Ahora que lo pienso los amo con mi vida y me encantaría poder ser como ustedes. No lo digo por envidia, sino que quisiera poder tener la seguridad que ustedes tienen. Más que envidia es admiración.
Quisiera poder ser divertida y a la vez tierna como Ethan o poder ser fuerte y segura de mi misma como Scott.
Poder ir y decir lo que pienso sin rodeos, hacer lo que creo que correcto sin pensar en el que dirán. Poder tener amigos y ser una adolescente común y corriente. Eso quiero para mi vida pero lamentablemente soy la típica chica que se encierra en sus pensamientos, la nerd y la rarita del instituto. Aunque en los libros que he leído siempre la nerd tiene a alguien como su fiel amiga y compañera, yo hasta en el clásico cliché de la nerd he fallado.
La gente piensa que es fácil salir y decir al mundo lo que uno siente, puede que así lo sea, pero no es mi caso. No cuento con esa valentía, me cuesta expresarme y al ver a ustedes que se les hace tan fácil desearía poder ser así. Debería aprender de ustedes.
Creo que la vida tiene preparadas diferentes cosas para cada persona, y definitivamente a mi me ha jugado una mala pasada o me ha salteado al momento de planear las cosas. Pero a ustedes, a ustedes la vida les dará un gran regalo, a ustedes la vida les tiene grandes planes.
Los amo...
Katia.
Dobló la carta por la mitad, escribo un gran número cuatro en ella y la guardo en la caja que se encuentra bajo mi cama. Doy un gran suspiro, me levanto de la cama, me dirijo al baño y a empezar el día.
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Hola Oreossss espero que les guste y disfruten el capitulo.
Muchas gracias por leerme y adentrarse en el mundo de Katia conmigo ♡En multimedia les dejo una animación de Katia.
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Cartas a un amor imposible
Teen Fiction¿Sabes lo que se siente amar a alguien y que esa persona no sepa de tú existencia? ¿Qué la única forma de "decirlo al mundo" sea en cartas que escribes y las dejas guardadas en una pequeña caja? Las cuales probablemente se perderán bajo tu cama y qu...