Carta número doce.

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Luka:

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Luka:

   Pensé que el momento en el que llegará este día mi corazón dejaría de latir, que mis piernas dejarían de responder y que todo el mundo acabaría. Sería un gran hecatombe interno. He leído muchas veces esto y he visto muchas películas sobre esto, siempre la protagonista termina llorando durante días rogando que sea mentira. Pero aunque nadie lo crea no está pasando eso en este preciso momento, estoy bien y feliz por ti.

  Se que esperaste este día como ningún otro en tu vida y que desde hacer años estas nervioso por esto y créeme que te entiendo, pues te habla la chica que escribe cartas a la nada ¿no?.

  Me alegro mucho que tú y Ariadna se hayan confesado su sentímientos. Fue muy bonito ver como venías corriendo, en tu rostro se reflejaba la felicidad que estabas sintiendo. En cada palabra se podía notar lo contento y emocionado que estabas mientras me contabas todo lo que pasó y cada detalle de cómo fue todo.

 Con esto me voy dando cuenta que nunca pasaria nada entre nosotros, por más que invente una vida perfecta de cuentos de hadas y libros de amor en mi cabeza lo nuestro sólo fue un sueño mio. Pero bueno de apoco voy superando aunque no sea nada fácil ahora si se que siempre serás mi amor imposible.

     Katia.

Escribo un gran número doce y guardo rápido todo. Termino y escucho que golpean la puerta de mi habitación.

— ¿Acaso me dejaran un minuto sola?— Abro la puerta con gran sonrisa en mi rostro.

— Kat, eso nunca pasará.  — Habla Ethan — así que ahora corre tu pequeño trasero y déjame pasar.

— Eh — Me quejo y miro mi trasero.

— El trasero grande de la familia lo sacamos nosotros — Habla Scott y me guiña un ojo.

— Idiotas. — Contesto a mis hermanos.— Ya pasen— le digo a Luka y Xandler que se encuentran fuera todavía.

— Gracias — Dicen al unísono.

— ¿Qué podemos hacer? — Pregunta Luka parado en un rincón.

— Veamos una película — propone Xandler.

  Estoy por acotar algo pero todos me interrumpen — No  otra película de amor por favor — entre risas levanto mis manos en señal de rendición y me acuesto al lado de mi hermano.

Si ya estaba tirado en mi cama.

 Así pasamos toda la noche entre risas y más risas. Es bueno tener amigos después de todo.

Cartas a un amor imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora