...
Empapada de agua, salió como si nada de darse un relajante y descansado baño.
Alexia ni dudó en meterse en la tina cuando Kougyoku le ofreció utilizar la suya. Así que ahí mismo estaba.
Salió de la pequeña ducha, entrando automáticamente en la habitación de la princesa.
Ésta, quien estaba ahí, se tapó los ojos con gran vergüenza al observar a una azabache completamente desnuda.
— ¿Por qué te tapas los ojos?— Preguntó, alzando una ceja. Agarró la toalla que estaba en la cama y se cubrió con ella el cuerpo — Ya me viste en los baños termales de Sindria.
— N-No estoy acostumbrada a verte así...
— Qué mona, te pones hasta roja~— Canturreó la serpiente, juguetona. La de Vinea hizo un mohín, ya destapándose la cara.
— Déjame...— Balbuceó.
La ojidorada rió entre dientes a medida que se acercaba al armario de la chica, intrigada en lo que tendría guardado.
Kou, ilusionada y animada, saltó a la cama.
— ¡Pruébate algún kimono mío!
— No suelo ponerme cosas tan ostentosas como las que tenéis aquí— Contestó ella, pasando una por una la ropa que tenía. Agarró uno para dormir, como los que Hakuryuu le había regalado—. Me pondré éste, ya que tengo algo de sueño.
— ¿Vas a dormir ahora?— Preguntó sorprendida.
— Vamos— Corrigió, con una mueca traviesa. Se acercó hasta el colchón entre tanto se podía la vestimenta y se tumbó en él.
La princesa tragó en seco y miró a la aventurera con desconfianza. Sabía que planeaba algo.
Parecía que lo hacía cada segundo de su vida.
No obstante y al ver que seguía medio de pie, Alexia agarró de la mano a la de cabello recogido para hacerla caer a la cama.
— ¡Kya!— Gritó.
— Así está mejor~.
Estiró sus brazos y comenzó a cerrar los ojos para lograr conciliar el sueño, a pesar de que en ese mismo instante, su otra compañera no quería para nada eso.
Pero ella sí.
— Alexia...Dime una cosa.
— ¿Mmm?— Sin abrir sus párpados, escuchó todo lo que tenía que decir.
— ¿Sigues en contacto con Sinbad-sama?— Hacerle aquella pregunta, sinceramente, le aterraba. Pero desde hacía unos días, por alguna extraña razón, lo necesitaba saber.
Debido a ello, la reptil logró mirarla.
— Sólo me apetecería hablar con una persona en todo Sindria— Musitó con juego, moviendo las sábanas—. Y no es precisamente él.
— Ya veo...— En un suspiro, Kougyoku escondió de golpe su cara en la almohada— ¡No es justo...! Él no piensa en mí como yo lo hago.
— ¿Tan enamorada de él estás?
Ella torció un poco su cuello, para observar la expresión de la ojidorada.
— Es horrible, lo sé...Le gustas tú— Contestó cabizbaja.
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La misteriosa conquistadora de laberintos | Magi (En edición)
FanfictionEl destino es un gran titiritero, y muchas nos forma con sus gráciles movimientos . Uno de ellos, tan peculiar, será tropezar con una misteriosa chica de un oscuro y desconocido pasado. Pero lo que nadie sabía, lo que el resto desconocía...Era la...