La misteriosa conquistadora de laberintos | Magi (En edición)

XIX: Oscuro

...

Sindria, ese país que se había hecho tan bonito y poderoso en tan poco tiempo.

Ahora mismo, Sinbad, Ja'far y Yamuraiha miraban con desasosiego la magia de agua de la mujer de cabello azul. Con sus habilidades, se podía apreciar claramente las siluetas de los que estaban ahora en el laberinto. 

— ¿Están bien?— Preguntó Sin, bastante serio. 

— Eso parece, pero no te preocupes— Respondió ella, amable— . Si pierden la vida, estos muñecos de agua se desvanecerán. 

— No creo que Alexia dejase que ocurriese nada, Sin— Mencionó el albino, con una sonrisa.

— Por un momento ella estuvo separada del resto del grupo, pero están juntos de nuevo— Dijo— . Hasta que no caigan mis muñecos, sabremos que están a salvo. 

Sin embargo, tan pronto como dijo eso, su magia desapareció de golpe; Las figuras de agua cayeron en picado. 

El albino y el pelilila se alarmaron, observando al momento el rostro de la de cabello azul para encontrar alguna explicación. 

— ¡¿Qué ha pasado, Yamuraiha?!— Exclamó Ja'far. 

— ¿Ellos han...?— Murmuró Sin, un poco inquieto. 

Ella negó con la cabeza repetidas veces.

— ¡No es eso...!— Respondió, agitada. Intentaba con todas sus fuerzas mantenerse, seguir siendo fuerte, pero...No podía— ¡No voy a resistir más!

Sabiendo lo peligroso que podía resultar esa advertencia, no dudaron más y, tras ese grito, todos subieron corriendo hacia la azotea.

Al segundo miraron hacia el cielo, alarmados. 

La barrera de Sindria estaba siendo evaporada al completo.

— ¡No puede ser!— Espetó el rey, observando, cómo poco a poco, un chico de cabello largo y negro entraba por esa barrera. 

Todos pusieron mala cara y su cuerpo se había puesto más tenso todavía, dándose cuenta de la gravedad del asunto. 

Era Judar. 

— ¡Activen la alarma de emergencia!— Dio voces el de pecas, girándose rápidamente hacia sus soldados— ¡Que la guardia se reúna en la entrada!

Después de ordenar máxima seguridad debido a experiencias anteriores que habían tenido con esa persona, varios guardias ya se encontraban apuntando con sus armas al magi oscuro. 

Y Ja'far y Sinbad, corrieron hacia la entrada principal. 

— ¿Qué os pasa?— Preguntó con juego el azabache, perfectamente tranquilo— ¿Por qué ponéis esas caras que dan hasta miedo?

— Maldito...— Gruñó el albino. Con la intención de no dejarle ir a más, se preparó— Contenedor doméstico, ¡Balalark Sei! 

De una fuerte y rápida estocada, mandó sus látigos puntiagudos hacia él, repletos de electricidad. Podría haber sido un buen movimiento, un gran golpe...

Si no fuese porque el de Kou, lo esquivó con gran facilidad al crear un vórtice con su magia que lo hizo mandar hasta la pared. 

— Hazte a un lado, ser insignificante— Espetó Judal, maligno—. Yo he venido a hablar con Sinbad.

— ¿Qué has dicho...?— Murmuró el de ojos negros con frialdad, sin importarle ni un poco el golpe que había recibido; Estaba listo para atacar de nuevo.