XXXIX: Lento y duradero

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Pov Alexia


— Así que has hablado con tu hermana, huh...Y te ha rechazado.

— Así es... 

Lo ojeé de arriba a abajo; Seguía con esa seria mirada que había visto desde que tuvo aquel momento con su madre. 

Me molesta. 

— ¿Cuál es realmente tu plan, Haku?— Inquirí, acercándome lentamente a él. El azabache subió la mirada para posarse en la mía— Me has pedido muchas veces que te ayude y que esté contigo, pero...No me has contado los detalles.

— Quiero acabar con todo lo que ella ha creado. Barreré todo el imperio si hace falta—Me respondió, sin un tapujo de duda en sus azulados ojos. 

Entorné mis párpados, y alcé el mentón. Me quedé frente a él, que estaba apoyado en la pared. 

— ¿Y tus hermanos?

— Ellos...Sabían de esa organización y no hicieron nada para impedirlo— Chasqueó la lengua—. También son culpables. 

Así que tu plan va más allá de ella. 

Ya veo...

— Bien— Articulé, separándome unos pasos de él. Me puse en el centro de la sala que él mismo me había indicado y, posteriormente, le hice una seña con mis dedos repetidas veces—. Acércate a mí~. 

El ojiazul frunció el ceño, pero precavido hizo lo que le dije. 

Se colocó frente a mis ojos, con una vara en su mano. Sonreí con malicia y ladeé el cuello ante su mirada.

— Pégame. 

— ¿Qué?— Pronunció, con sorpresa. 

— Quiero que me ataques con todas tus fuerzas, mi querido príncipe— Contesté, divertida. Puse una de mis manos en mi cadera, a la espera de que lo hiciera.

Él suspiró, pero aun así agarró bien la espada de madera que tenía. 

— Seguramente acabe en el suelo en un segundo...Como siempre— Murmuró.

— Puede, pero para eso están los entrenamientos— Le dije al guiñarle un ojo. El de kou me sonrió.  

— Está bien...No me contendré.

Reí entre dientes, colocándome en posición de ataque. 

Mejor que no lo hagas...Por tu bien.

[- - - - - -] 

...


— No es justo...— Gruñó, tirado en el suelo. Estirado con brazos y piernas, respiraba agitado por todo el tiempo que habíamos estado batallando— Ni siquiera puedo tirarte al suelo. No lo pienso dejar así. 

Di una palmada, entretenida de verlo agotado. 

— Pero luchas muy bien— Expresé, con una sonrisa. Agachó un poco la cabeza para mirarme, reprochador—. Sólo falta, bueno...Seguir. He estado muchos años con los gladiadores para perfeccionar mi lucha, así que no creas que será tan fácil vencerme físicamente.

— Sí, sí...— Suspiró. Cerró los ojos y cogió una gran bocanada de aire, todavía en la superficie. Se le notaba cansado— No eres fácil en ningún aspecto. 

Con una ceja alzada, me acerqué a él. 

Le estiré la mano para que la cogiera y así ayudarlo a levantarse, con una expresión de travesura. Hakuryuu me miró en silencio. 

La misteriosa conquistadora de laberintos | Magi (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora