XXIX: Iluminado

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...

Tres niños más cayeron por la borda a manos de aquella chica de ojos dorados. Olba, quien se mantenía observando con disgusto cómo sus compañeros eran vencidos de forma tan simple y rápida, se dignó al fin a atacarla por sus propias manos. 

Vio a la joven doblar su cuello y pegarle a otro de ellos en la nuca para dejarlo inconsciente, cuando ésta se giró a mirarlo. 

— ¿Por qué los mandas a ellos?— Expuso con arrogancia— ¿Tienes miedo de lo que te pueda hacer a ti? 

— Tsk...  

De reojo Alexia atisbó las raíces de Hakuryuu apoyadas en la superficie, por lo que se despreocupó de los que habían caído al océano; Él mismo los había rescatado. 

Por lo que ella, se fijó sólo en el niño que había tirado al magi. 

Dejando que el príncipe de Kou se encargase de los demás a medida que volvían a poner pie en el barco, ésta se dirigió hacia Olba. 

El pirata, preocupado de la aplastante derrota, chasqueó la lengua al verla tan cerca. 

Y sin esperar, la ojidorada agarró del cuello al joven.

— Suéltalo, o te asfixio  — Murmuró por lo bajo, seria. Él ya comenzaba a toser por la falta de aire—. Me da igual la edad que tengas, y no creas que mis amigos van a conseguir detenerme. 

El del garfio frunció el ceño y miró cómo aquel chico de la cicatriz había derrotado a todos sus compañeros de casi un simple golpe, con un extraño dragón de madera que obedecía sus órdenes. 

— Si me hacéis algo, tu amigo acabará aplastado— Contestó, sacando a Aladdin del agua envuelto en una burbuja—. ¿Lo entiendes? Así que portaos bien...

— ¿Me estás chantajeando?— Dijo, haciendo más presión. Sonrió, alzando el mentón— ¿Eres tonto? 

— Alexia, será mejor que lo dejes estar...— Murmuró alguien en su oído; Hakuryuu— Pueden hacerle daño de verdad. 

Por el rabillo del ojo observó al de la trenza dormido en aquella esfera y, tras unos segundos, sin mucha gana e incluso, con algo de hostilidad, soltó al pirata sin ni siquiera mirarlo. 

Olba no esperó a más, y ordenó a todos los demás que cargasen las cosas valiosas a sus propios barcos. Éstos mismos se sumergieron nuevamente de donde habían salido, mas éste, se paró antes de desaparecer para mirarlos a todos. 

— Podrías venir con nosotros, si no fueras tan agresiva. A nuestro hogar.

La serpiente rió en seco, y le dedicó tal mirada venenosa que hasta a él le disgustó. 

— En cuanto recupere a Aladdin, tu hogar no existirá más.  

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...

Alibaba y Morgiana permanecían en las bodegas, ayudando y vendando a los heridos que habían sido ocasionados a la hora del botín. Entretanto el del imperio contrario y la azabache, estaban en cubierta. 

— Pronto llegaremos al puerto...— Comentó el de ojos azules, observando a la chica— El capitán ya ha explicado qué está ocurriendo, pero me pregunto exactamente qué será. Quiero verlo con mis propios ojos...

— Será lo mismo de siempre— Respondió ella, observando el fuego desde el barco—. La guerra, con o sin razones, siempre resulta siendo lo mismo. 

— ¿Estás preocupada por él, no es así? 

Alexia rumió un poco, y echó la cabeza hacia atrás para, después, sonreírle con malicia.

La misteriosa conquistadora de laberintos | Magi (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora