La misteriosa conquistadora de laberintos | Magi (En edición)

XXXVII: Falsa cortesía

...

— Dime una cosa, Alexia— La susodicha elevó la mirada hasta observarlo. Tenía el libro que él le había dado en las manos, a la espera de leerlo. Kouen entornó los ojos—. ¿Volverás a entrar aunque esté prohibido, no es así? 

Ella ladeó la cabeza, sonriente. 

— ¿Te miento o te digo la verdad?

El príncipe rojo suspiró. 

En tranquilidad y seriedad, se dio media vuelta y volvió a meterse nuevamente en su biblioteca. La ojidorada lo siguió hasta que lo vio desaparecer.

Dejó salir una pequeña risa, tras presenciar la reacción de Kouen. 

Y se marchó hacia el jardín, para pasar el rato. No obstante, cuando ya estaba llegando y vio un lugar tranquilo para relajarse, alguien chocó contra ella. 

Rotó el cuello para observar quién estaba agarrando su espalda, para después sonreír débilmente.

— ¡Alexia!— Exclamó la pelirroja con una sonrisa.

— Kougyoku, hola~.  

Ella siguió abrazándola, contenta de volverla a ver. 

— Hakuryuu-chan llevaba tiempo diciendo que vendrías aquí— Comentó, ya separándose y poniéndose frente a ella. Sonrió todavía más—. No sabía si realmente ibas a venir, ¡Pero Koumei me dijo que una chica había venido!

— Sí, vine esta mañana— Contestó, sosegada. 

— ¡Kouha también vino hace poco, creo que ya estamos todos!

La azabache alzó una ceja al escuchar ese nombre, pero rápidamente pensó que seguramente, era otro de sus hermanos. 

La joven miró el libro que su amiga tenía en las manos, sorprendida.

— ¿Y ese libro?  ¡Es el favorito de nii-sama!  

— Oh, con que el favorito, eh...— Sonrió con malicia la otra chica. Se encogió de hombros, desinteresada— Lo he encontrado en la biblioteca. 

— ¡Ah, hablando de ello...!— Exclamó. Le agarró la mano, apresurada— Tengo que ir a hablar con mi hermano, pero ya que te acabo de encontrar...¿Me acompañas? 

— ¿Cuál de ellos? 

— ¿Kouen nii-sama...? Debe de estar en la biblioteca, como siempre. 

— ¿Ah, sí?— Pronunció, haciéndose la inocente— Claro que te podría acompañar, pero...¿No prefieres estar a solas con él?

— ¡Pero quiero estar contigo también!— Se defendió— ¡Además...!—Sonrió, tímida—Así lo conocerás. 

Alexia la ojeó y se guardó el libro, para después cruzarse de brazos. 

Le sonrió, agradable.

— Si insistes... 

La princesa, con un rubor en sus mejillas, la llevó hasta donde hacía minutos antes, la serpiente había estado con él. 

Aunque ésto lo desconocía la pobre pelirroja. 

Caminaron de vuelta. Entretanto, Alexia escuchaba cómo ella hablaba.

— Hay rumores de que has venido con Judal-chan...¿Es verdad?

La de cabello largo rió al escuchar ese mote. 

— Puede ser~. 

Kougyoku sonrió.