𝟬𝟬𝟰 sharp teeth, sharper eyes

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CAPÍTULO CUATRO: DIENTES FILOSOS, OJOS MÁS FILOSOS

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CAPÍTULO CUATRO: DIENTES FILOSOS, OJOS MÁS FILOSOS.



      Yusuki apareció en la sala a pedido, observando al grupo con una mueca de mal humor mientras los auriculares bloqueaban toda su conversación

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      Yusuki apareció en la sala a pedido, observando al grupo con una mueca de mal humor mientras los auriculares bloqueaban toda su conversación. Sus ojos cayeron sobre Yui, quien descansaba sobre el sofá con los ojos cerrados. Emitió un resoplido, y se giró sobre sus talones para volver a su habitación. Realmente no estaba interesada en lo más mínimo.

      No le importaba si la chica estaba dormida, o estaba a punto de morir. Quería volver a su habitación a seguir leyendo el último libro con el que se había obsesionado. Casi podría haberlos asesinado por atreverse a interrumpirla por absolutamente nada. Pero entonces, Ayato la tomó del antebrazo.

      Ella le envió una mirada que advertía que la soltara antes que lo asesinara en ese mismo momento. Laito apareció a su lado y la miró, dejándole saber que realmente era un asunto de importancia. De mala gana, la chica se quitó los auriculares de vincha y los dejó reposando alrededor de su cuello. Los vampiros podían escuchar la música aún brotando de ellos, pero nadie mencionó nada al respecto.

      —Ella reconoció a esa persona —anunció Laito.

      Yusuki soltó una carcajada—. Él es un político en el mundo humano, obviamente lo reconoció.

      Ayato la miró desde su lugar en el sofá, casi levantándose por instinto para ir a buscarla. Resultaba extraño estar en la misma habitación sin que la chica no estuviera a su lado (o, mejor dicho, encima de él), e incluso llegaba a ponerlo ansioso. Era como si le faltara algo, porque... bueno, así era. Le faltaba la compañía que creía incondicional.

      Tal vez nada dura para siempre.

      Yusuki lo miró al sentir sus ojos sobre ella por reflejo. Se arrepintió instantáneamente porque, al encontrarse con su mirada, se encontró incapaz de volver a mirar a otro lado. Tragó con dificultad, y el pelirrojo separó los labios pero las palabras no salieron. Consumiéndose el uno al otro, viajaron a su propio mundo. Uno donde no escucharon el chasqueo de la lengua de Shu para mostrar su molestia, ni el bufido de Subaru que demostraba que estaba cansado de sus escenas, ni el mínimo gruñido que le escapó a Laito bajo su respiración.

DEADLY CURSED; diabolik lovers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora