𝟬𝟮𝟮 two lone flames

2.2K 237 28
                                    


CAPÍTULO VEINTIDÓS: DOS LLAMAS SOLITARIAS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO VEINTIDÓS: DOS LLAMAS SOLITARIAS.



      Yusuki siseó cuando su espalda se estampó con fuerza contra la pared

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

      Yusuki siseó cuando su espalda se estampó con fuerza contra la pared. Entrecerró los ojos al encontrarse con los ojos de Yuma. La característica sonrisa del chico no se encontraba presente y, en su lugar, había un profundo ceño fruncido junto con una mueca de ira.

      —¿No te dije que deberías alejarte? —gruñó.

      La chica alzó las cejas, una sonrisa entretenida se dibujó en su rostro—. ¿Realmente crees que voy a hacerte caso?

      El puño de Yuma golpeó la pared a un lado de su cabeza con fuerza inmensa. Yusuki contuvo la carcajada. Si creía que eso iba a intimidarla, estaba muy equivocado. Había convivido con Subaru lo suficiente como para no solo estar acostumbrada a este tipo de comportamiento sino que hasta ya podía evitar encogerse por la sorpresa.

      —¡Ese no es el maldito punto! ¡Te dije que te alejaras para salvar tu vida, baka!

      —Y yo te dije que no voy a alejarme de ellos —musitó Yusuki con un tono aburrido. Sin importar lo mucho que podían pelear, siempre sería leal a las personas que la habían acogido cuando perdió a su familia. Los hermanos no solo le habían dado un hogar, sino que la habían proveído con la familia que tanto necesitaba—. Si no fuera por ellos, probablemente no estaría viva ahora. Así que no creas que voy a irme corriendo solo porque tú crees que--.

      Los ojos de Yuma se nublaron por un segundo, considerando si debería revelar la información o no—. No "creo", lo sé —al notar que la vampira seguía sin tomarlo en serio, soltó—. Si no fuera por ellos, hubieras seguido con tu vida.

      Yusuki lo miró—. ¿Qué...? ¿Qué quieres decir?

      —Los cazadores no mataron a tus padres, KarlHeinz lo hizo —reveló Yuma y la pelirosa se congeló. Sintió su pecho contraerse, y la urgencia de vomitar se apoderó de ella aunque su estómago estaba vacío.

      —No... —vaciló, su voz rompiéndose—. Él... él me salvó. Él evitó que los cazadores también me mataran a mí.

      No seas estúpida. ¿Por qué ese hombre te salvaría si no tenía nada que ganar?

      Esta no era la primera vez que la idea cruzaba su mente. KarlHeinz, que volvió locas a las mujeres que juraba amar y abandonó a sus propios hijos a su merced, el líder de todos los vampiros... no podías realmente creer que el Rey Vampiro tenía un hueso de misericordia en su cuerpo, ¿no?

      —Lo lamento, Yusuki, pero es la verdad. KarlHeinz asesinó a tus padres —repitió, esperando obtener alguna reacción por parte de la chica. Su agarre se había debilitado de tal forma que su mano ahora parecía apenas acariciar su brazo.

      —Aun así no voy a dejarlos —murmuró Yusuki, recuperando la consciencia. Yuma frunció el ceño, preguntándose si la chica era estúpida, pero sus protestas se atascaron en su garganta cuando se enfrentó a la mirada roja de ella —. Ellos pueden ser sus hijos, pero son las personas más traicionadas por ese hombre. No hay otras personas que lo repudien más y, aunque no lo hicieran, ellos no tienen la culpa que su padre sea un monstruo.

      Yuma finalmente la soltó, dando un paso hacia atrás mientras respiraba de forma cansina y profunda. La pelirosa se mantuvo posada contra la pared de madera de roble, observándolo en silencio, esperando su reacción.

      El castaño sacudió la cabeza, aparentemente en un intento de salir de su ensueño. Entonces volvió a acercarse a ella, adoptando un tono bajo—. Él tiene un plan. No sabemos qué es exactamente, pero va a usarte. Es por eso que planeó todo... lo tiene planeado hace mucho tiempo...

      Yusuki entrecerró los ojos—. ¿Por eso asesinó a mis padres? ¿Por su jodido plan?

      Yuma asintió—. No lo sé con certeza pero... todo parece apuntar a eso.

      Ella apretó la mandíbula, suprimiendo el gruñido que amenazó con salir desde la profundidad de su pecho. Finalmente, volvió a mirar a Yuma a los ojos, sorprendiéndolo con la determinación que brillaba en ellos—. Podemos vencerlo.

      Yuma rió con ironía—. ¿Tú y los hermanitos que no pueden pasar ni cinco minutos sin pelear? Siento decírtelo, pero dudo mucho que logren vencerlo.

      —Hablaba de todos nosotros —señaló Yusuki.

      La mente del vampiro estaba en blanco—. ¿Qué?

      —Somos aliados ahora —reveló y Yuma no dijo nada, recordando escuchar la conversación que ella tuvo con su hermano mayor minutos atrás—. Nos enfrentaremos contra los ancestros, contra KarlHeinz, y saldremos victoriosos.

      —¿Cómo puedes estar tan segura de eso?

      Yusuki se encogió de hombros, una sonrisa inconsciente formándose en su rostro cuando la respuesta a su incógnita finalmente afloró en su mente—. Somos vampiros, once. Yui es semihumana, gracias a la sangre de Cordelia. Y mi sangre no es como la de cualquiera —enumeró. El castaño frunció el ceño, pero ella continuó sin darle tiempo a preguntar a qué se refería—. Podemos hacerlo. Somos once vampiros.

      —Y ellos son los ancestros y el Rey Vampiro —instó Yuma, sintiendo que era el único ser pensante en el lugar. Todos los escenarios que conjuraba acababan en la derrota de su lado, con sus hermanos muertos y su existencia perdida—. ¿Realmente crees que tenemos una mínima oportunidad?

      —El hermano de KarlHeinz dijo que era especial. Además, tú mismo dijiste que KarlHeinz se molestó en tenerme en su hogar. Eso significa algo —pensó en voz alta—. Podemos usarlo en su contra, nos da la ventaja. Lo que significa que tenemos una oportunidad.

      Yuma la observó con atención. Ella lucía tan frágil frente a sus ojos, aunque sabía que no lo era. Su delgada figura de un metro sesenta la hacía aparentar de una niña frente a él, su cabeza ni siquiera le llegaba a los hombros. E igualmente, a pesar de todo eso, Yusuki lucía tan segura que podían ganarle a figuras que él nunca siquiera se había imaginado ir en contra.

       Yuma chasqueó la lengua—. Vas a hacer mi perdición —musitó.

      La tomó por sus suaves y pálidas mejillas, su cabello rosa acariciaba sus nudillos mientras los ojos de Yuma se fundían en los profundos escarlatas de ella. Los delgados labios de Yusuki fueron encontrados suavemente por los helados del vampiro, creando un momento solo para ellos a mitad de la guerra que se desataba a su alrededor.

      Cuando se separaron, se miraron un momento a los ojos. Las mejillas de Yuma poseían un polvo rosado y, cuando estaba a punto de hablar, fue interrumpido por Ayato, que aclaró su garganta. Yusuki se enfrentó a la mirada del pelirrojo y se sorprendió al descubrir que no sintió nada. No se formó un nudo en su garganta, ni quiso correr tras él cuando éste se alejó. Y saber que ya no se sentía así hizo que el alivio recorriera su cuerpo.

      Ya había retomado el poder sobre sí misma.

DEADLY CURSED; diabolik lovers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora