𝟬𝟬𝟴 sick little games

2.4K 300 10
                                    


CAPÍTULO OCHO: PEQUEÑOS JUEGOS ENFERMIZOS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO OCHO: PEQUEÑOS JUEGOS ENFERMIZOS.



      —Hace poco, el aroma de la sangre de Yui era más dulce que nunca —espetó Kanato

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

      —Hace poco, el aroma de la sangre de Yui era más dulce que nunca —espetó Kanato. A pesar que había notado la tensión entre sus hermanos, poco le importaba. Su sed lo controlaba, y la humana estaba a su merced—. Casi me vuelvo loco por percibir el aroma de su sangre. Teddy, fue difícil controlarnos, ¿o no?

      —Así es, efectivamente —habló Laito, sin borrar la sonrisa de su rostro mientras movía sus brazos para rodear la cintura de Yusuki. Ella se acercó más a su resguardo y la sonrisa de él creció—. Un trago de su sangre sería muy satisfactorio. Especialmente para Yusuki. Me excita de solo pensar en verla beber su deliciosa sangre.

      Yui se levantó una vez que Ayato se lo permitió. La mirada de ella se posó un momento en la pelirosa y su miedo creció al notar que realmente estaba sopesando la idea de beber su sangre. Interpretó el vacío en sus ojos como el reflejo de su sed, en lugar de lo que realmente significaba. Entonces, comenzó a correr.

      Yusuki avanzó, lista para perseguirla más para alejarse de Ayato que por otra razón. Sin embargo, el pelirrojo se colocó frente a ella e intentó tomarla por los hombros para detenerla, pero la vampira retrocedió de inmediato. Ni siquiera llegó a tocarla, pero Yusuki igualmente le dedicó una mirada de desdén.

      Laito se acercó, rodeando los hombros de la chica—. Sabes que no es bueno ser codicioso, Ayato querido.

      —También tenemos derecho a probarla, ¿sabes? —reclamó Kanato, ofendido.

      —No es mi problema, silencio —le contestó el pelirrojo a sus hermanos antes de volver a mirar a la pelirosa, su mirada suavizándose por una milésima de segundo antes de volver a adoptar su habitual postura engreída—. Y tú sabes que no quieres beber de ella en realidad, es la luna la que te está controlando. No saciara tu sed, mucho menos te dará placer--.

DEADLY CURSED; diabolik lovers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora