Mi pesadilla pelirroja [Fanfic CDM] [Castiel x Sucrette]

Capítulo 10

< Christy >

Después de aquella conversación, no volví a ver al pelirrojo. Me había ausentado del instituto lo que quedaba de semana, lo cierto es que necesitaba hacerlo, necesitaba aclarar mis pensamientos y organizar mis prioridades y, gracias a esto, lo había conseguido; No quería volver a saber nada de él. Por desgracia, tuve que seguir yendo a trabajar, no puedo dejar tirado a Frank ahora que el negocio va tan bien, aunque, sin el pelirrojo dudo que siga mucho tiempo así. Debrah aprovechaba la más mínima oportunidad para lanzarme alguna que otra mirada de superioridad, yo me limitaba a ignorarla, al fin y al cabo, de nada serviría que le partiese la cara, eso no haría que Castiel se quedase. Hablando de él, tampoco había aparecido por el trabajo, aunque era de esperar, como bien me había explicado, se había autodespedido. Cielos... parece mentira que se vaya a marchar.

Agarré una pequeña mochila y comencé a introducir lo necesario para el concierto; Llaves, mechero, una botella de agua, la cartera y las entradas obviamente. No necesitaba nada más, bueno, en realidad sí, un acompañante.

Eché un vistazo al reloj de la cocina y dejé escapar un suspiro. Son las 21:30 de la noche, el concierto empieza las 22:30, debería salir ya para coger un taxi. Me coloqué la pequeña mochila y salí al comedor.

-Papá, me voy. -Mi padre levantó la vista de su móvil y me examinó por unos largos segundos.

-¿Dónde vas? -Preguntó con un tono molesto.

-Al concierto, te lo dije ayer. -¿De verdad pensaba que papá se acordaría? obvio que no, tiene cosas mejores que hacer como por ejemplo, seguir dándole más importancia al trabajo antes que a su única hija.

-Ah, cierto. -Respondió volviendo a centrar su atención a la dichosa pantalla. -Pásalo bien y no llegues tarde. -Cómo si de verdad le importase.

-Claro, buenas noches. -Le dediqué una media sonrisa y coloqué una mano sobre el pomo de la puerta, dudé unos instantes antes de voltear la cabeza. -Te quiero. -Aún así, tenía que admitirlo, le quería demasiado a pesar de que no estuviese mucho en casa, ahora es lo único que me queda.

-Y yo, cariño. -Respondió sin apartar la mirada de su teléfono. Esbocé una triste sonrisa y salí de mi casa. Mientras bajaba las escaleras comencé a replantearme lo que iba a hacer, quiero decir... ¿Quién se marcha a un concierto sola? ¡Ni la persona más marginada del mundo lo haría! Puede que no sea una buena idea, tal vez no debería dejarme llevar tan fácil por mis impulsos, tal vez no debería haberle hablado así al pelirrojo ayer, tal vez... Maldita sea... tal vez el pelirrojo signifique algo más para mí y simplemente me esté forzando a negarlo.

Una vez en el portal, apoyé mi espalda en la pared y me dispuse a llamar a un taxi. Según el chófer, estaría aquí en veinte minutos, espero que así sea. Me crucé de brazos y apoyé la cabeza en la pared con la mirada fija en el cielo estrellado, era una noche verdaderamente preciosa, no dejaré que nada me la estropeé. Escuché un fuerte golpe a mi espalda y me giré sobresaltada, se trataba del pelirrojo, estaba bajando una gran maleta por las escaleras mientras murmuraba algo irritado. Al levantar la vista y percatarse de mi presencia, hizo un leve gesto con la cabeza a modo de saludo y se apoyó en la otra pared de brazos cruzados haciendo que quedásemos frente a frente, en la misma postura y con el mismo pie tendido, lo único que nos diferenciaba era que cada uno mirábamos hacia la dirección opuesta del otro.

-¿Qué haces aquí? -Preguntó sacando un cigarro, hacía mucho que no le veía fumar, creo que la última vez fue en la azotea cuando le pedí amablemente que lo dejase ya que el olor me recordaba a mi madre.

-Esperar un taxi, voy al concierto. -Respondí sin mirarle.

-¿Tú sola? -Preguntó llevándose el cigarro a la boca para después encenderlo.