< Christy >Creo que no hace falta aclarar que después de que apareciera Nath, tanto mi vagón como el de Castiel se inundó en un silencio todavía más terrorífico que la misma atracción.
Aunque eso no era demasiado difícil.
Hace unos meses deseaba encontrarme con Nathaniel en cualquier momento, aprovechaba cualquier excusa para ir a la sala de delegados o quedar con él, y nunca ocurría. Ahora que he conseguido olvidarle me llama por teléfono, se enfada por pasar tiempo con Castiel y hasta me lo encuentro en lugares donde jamás le habría imaginado.
¿Te diviertes riéndote de mí, Dios?
-¿Cr-Crees que falta mucho para que empiece?
Volteé hacia Nathaniel y me sorprendí al verle exageradamente pálido y con las manos algo temblorosas.
Hacía mucho que no le veía así.
Y no me gustaba nada.
-Según ha dicho el chico de la atracción, no mucho. -Respondí echando un ojo hacia atrás. Estaban acabando de revisar que todos los cinturones estuvieran bien abrochados. -¿Te encuentras bien?
-¡Sisi! -Exclamó agitando las manos. -Se-Se me pasará, n-no te preocupes.
Sé que me está mintiendo. Lo conozco lo suficiente como para saber que como no se tranquilice le acabará dando un ataque de ansiedad.
Así es, Nathaniel sufre ataques de ansiedad desde que era muy pequeño debido a la presión a la que le sometían sus padres en cuanto a los estudios. Con el tiempo acabó convirtiendose en algo común en él; cuando está en situaciones incómodas o que le puedan provocar algún tipo de aceleración en las palpitaciones, empieza a sudar, tiembla, tartamudea y hasta puede llegar a vomitar.
Y teniendo en cuenta que esta situación era incómoda no, lo siguiente y que encima estábamos en un túnel del terror, deduje que tenía todas las papeletas para que le ocurriese.
-Nathaniel. -Susurré agarrando su brazo. El chico me miró y me estremecí al notar sus ojos increíblemente llorosos. -Sabes que te conozco, ¿verdad? -Asintió repetidas veces agarrándose el pecho. -Debes calmarte, solo es un túnel del terror. No merece que te pase esto ahora.
-Tú no lo entiendes. -Me responde con la respiración acelerada. -No tienes ni idea del viajecito que he tenido que aguantar con Ámber, mi madre y mi padre. Ha sido horrible. Encima esta mañana he discutido con mi padre y yo no quería venir aquí porque sabes cómo me pongo en los espacios cerrados y... y...
-Shh. -Le callé apretando su brazo. -Lo sé. Sé de sobras cómo es tu familia. Pero no puedes ponerte así, debes cerrar los ojos y contar hasta que esto haya terminado. No serán más de tres minutos.
El pitido de la atracción se escuchó por todo el parque y Nathaniel me agarró la mano con fuerza.
-No puedo, tengo que salir de aquí. No voy a poder aguantar.
Hizo un intento de quitarse el cinturón pero le frené.
-No puedes irte ahora, está a punto de comenzar. -Le susurré apretando su mano. -Aguanta por favor...
No sabía qué hacer. No tenía claro si Nath podría soportar tres minutos de atracción con lo nervioso que estaba. Debía hacer algo para ayudarle, debía calmarle de alguna forma.
El vagón se puso en marcha y enlacé mis dedos con los suyos.
-Contemos juntos.
Nathaniel me miró asombrado mientras aún trataba de controlar su respiración, asintió y me apretó la mano con fuerza.
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Mi pesadilla pelirroja [Fanfic CDM] [Castiel x Sucrette]
Hayran KurguSiempre se ha dicho que los polos opuestos se atraen pero, ¿que hay de los polos iguales? ¿acaso no tienen derecho a compartir algún tipo de relación? Esta es la historia de Christy, una adolescente que posee un carácter un tanto... problemático. Su...