Capítulo 11

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< Christy >

Fue el mejor concierto al que había asistido nunca. El pelirrojo y yo bailamos y cantamos como locos durante toda la noche. ¡Jamás habría pensado que me lo pasaría tan bien con alguien como él! y más sabiendo que le odiaba desde el primer momento en que se cruzó en mi camino, pero, aunque me costase admitirlo, algo había cambiado. Ya no lo veía como el odioso cerillo malteñido, más bien era mi compañero de aventuras, el chico que me acompañaría hasta en la situación más loca solo por el simple hecho de sacarme una sonrisa. Nada de príncipes perfectos ni hombres de traje y corbata que te lo den todo masticado, lo mejor es un chico que te haga ver la vida de otra manera, que te tome de la mano y te lleve a lugares a los que jamás pensaste que irías pero, por algún motivo, siempre quisiste hacerlo, experimentar el ¿Y si hubiese hecho esto?. Y así es Castiel para mí, un chico que me provoca ira, rabia, agonía, angustia y malestar con tan solo esbozar su típica y repugnante sonrisa maliciosa, pero a la vez, que esa misma acción me provoque una extraña felicidad.

-Tabla, ¿Puedes hacer el favor de dejar de cantar? Por tu culpa está lloviendo. -Y ahí estaban sus no tan odiosos comentarios, estábamos en el coche de camino a casa. Eran las 2 de la madrugada y todavía rebosaba adrenalina, por lo tanto comencé a cantar mientras veía como las gotas de lluvia chocaban contra el cristal delantero. Castiel conducía con una mano sobre el volante y la otra apoyada en la ventanilla. Por mucho que se esforzase en negarlo, sabía de sobras que le encantaban mis berridos al cantar, había visto de reojo la estúpida sonrisa que se le formaba mientras creía que no le prestaba atención.

-Eres un aguafiestas. -Le respondí propinándole un breve golpe en el hombro con una sonrisa. -Y para tu información, tu voz tampoco es una maravilla. ¿Te piensas que no he escuchado los solos que te marcabas en medio del concierto? Mis pobres oídos... -Expliqué dejando escapar una carcajada.

-Te aconsejo que no te metas con mi voz, y más teniendo en cuenta que somos vecinos. Puede que algún día deje ''accidentalmente'' el amplificador encendido a las 6 de la mañana.

-Si llegase a ocurrir ese ''accidente'', probablemente poco después despertarías con una mierda de perro en tu puerta. -Le amenacé guiñándole un ojo. Castiel alzó las cejas impresionado y negó con la cabeza chistando la lengua.

-No te recomiendo comenzar una guerra conmigo, tabla. Saldrías perdiendo. -Aseguró confiado.

-Mira como tiemblo. -Respondí en tono de burla. -No me das miedo, pelirrojo. -Me crucé de brazos orgullosa y Castiel me lanzó una mirada seductora.

-¿Estás segura? -En ese momento pisó con fuerza el acelerador y de pronto estábamos yendo muy deprisa, demasiado.

-No hagas tonterías, sigues sin asustarme. -Inesperadamente dio un volantazo y el coche giró hasta quedar de espaldas, por suerte nadie pasaba por aquella carretera. Me agarré a su brazo y le miré asustada, su estúpido juego había hecho que se me acelerase el corazón. -¡¿Es que estás loco?! -Le grité golpeando su hombro varias veces con fuerza. El pelirrojo comenzó a reír divertido por la situación. -¡No tiene gracia, Castiel! ¡Podríamos habernos matado! -De pronto alargó su mano y sujetó mis labios impidiéndome seguir hablando.

-¿Como me has llamado? -Preguntó con una sonrisa pícara. Mis mejillas aumentaron su temperatura y bajé la cabeza.

-¿Castiel? -Respondí a duras penas, ya que aún me sujetaba mi boca.

-Suena bien. -Dejó libres mis labios y colocó una mano sobre el volante para seguir con nuestro camino. -Siempre me llamas cerillo, pelirrojo y estupideces así. Ya era hora de que te dirigieses a mí por mi nombre. -Me quedé unos segundos pensativa intentando recordar. ¿Jamás le había llamado por su nombre? Qué extraño.

Mi pesadilla pelirroja [Fanfic CDM] [Castiel x Sucrette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora