—¡Blake! —exclamó Juliette corriendo hacia él.
El chico cayó frente a los pies de Milah y tocó la herida en su abdomen. Todos los presentes parecieron congelarse ante la imagen de su sangre cubriendo su mano. Su playera negra se tiñó de rojo e inclinándose a un lado de él, la italiana sostuvo su mano.
Viendo como su agresor esbozaba una sonrisa triunfante, la americana trató de correr hacía él no sin antes detenerse al ver que otra vez le apuntaba a su amigo. El australiano no decía ni una palabra. Él sólo trató de levantarse mientras miraba con fuerza a su enemigo.
El rostro de Anderson se ocultó tras de su pelo, trató de decirle algo pero fue interrumpida por la voz del extraño.
—Siempre soñé con verte humillado —comentó el hombre—, pero nunca pensé que fueras capaz de sacrificarte por alguien.
El enmascarado parecía sorprendido de la actitud de su rival por lo que con mayor interés, apuntó el arma hacia Milah. Al otro extremo del salón, los mellizos avanzaron hacia él. Mei lanzó una patada a sus costillas, pero él la sostuvo de su pierna y la aventó contra una pila de escombros. Jun trató de golpear a su rostro, pero su adversario era bastante rápido y pudo detener su ataque con el antebrazo.
En aquella oportunidad, Milah tomó impulso desde su posición para taclear al enmascarado hacia el suelo. En un forcejeo, ambos trataron de pelear por el poder de la pistola pero no con mucho éxito puesto que su rival no era aquel que jugaba a modo limpio. Arrojó un puño de polvo hacia el rostro de la chica. Ella se quitó encima tratando de limpiarse los ojos.
Nuevamente el par de hermanos arremetieron contra él. Uno de ellos tomó el flanco derecho y el otro el izquierdo. Mientras que el asiático no dejaba de lanzarle golpes directos y hacerlo retroceder, Mei había logrado empujar su pistola al otro lado de la habitación apartándola de él. Ellos eran quizá más listos que él, pero sin duda no lo superaban en fuerza.
El hombre perdió de vista a la mujer de ojos grisáceos. Cuando se hubo volteado, se dio cuenta que la adolescente brincó hacia sus hombros y se trepó sobre de él formando una especie de llave con sus piernas para volverlo a derribar.
Ambos cayeron al suelo, pero esta vez Anderson junto con Mei lo inmovilizaron de manera que pudieran sostenerle las manos. El hombre maldijo por lo bajo y de nuevo trató de quitarse de encima a la americana. Milah era fuerte y bastante intimidante. Con una indicación al mellizo mayor, Jun quitó el antifaz de su rostro para la gran revelación.
La asiática soltó una exclamación al verlo.
—¡Julian! —dijo la pelinegra, empujando a Jun y Milah para dejarlo soltarse.
Ella se arrojó hacia sus brazos cuando a su vez la mujer pecosa mostraba una expresión confundida. Ambos se levantaron del suelo mientras él limpiaba el polvo de su ropa.
—¿Quién es? —preguntó la morena.
—Es el muchacho del que te hablamos en el avión.
Aquel chico tenía un aspecto exótico. Con un rostro varonil, tez acaramelada y de rasgos latinos. Sus ojos eran marrones como chocolate y su melena castaña le llegaba a los hombros como la peluca de una muñeca.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó la más vanidosa ignorando por un segundo que aquel chico había disparado a su amigo.
—Me encantaría responder a eso preciosa —dijo el adolescente quitándosela de encima— Pero temo que soy yo quien debe de hacerles la misma pregunta.
Aquel joven probablemente de su misma edad, desvió la mirada de uno al otro sin obtener una respuesta. Él no parecía haber escuchado de las últimas noticias en el Cráter puesto que de haberlo hecho, ellos ya estarían en problemas.
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Cráter [Libro I]
Misterio / SuspensoLa educación en el espionaje es un tema importante en el mundo de los agentes secretos. CRATER está oculta del ojo público y solo los más astutos podrán encontrarla. Resolver conflictos internacionales, enamorarse, y cumplir un horario de clase son...