14. Un día lluvioso de febrero

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— No entiendo esa obsesión que tienes con el doctor Kim, JinKi, no la entiendo.

— No es una obsesión, se llama el principio de una amistad.

El cirujano de traumatología ya estaba cansado de que desde el día anterior, el único tema de conversación con su amigo se limitaba a uno: Kim JongHyun.

Y no era una exageración, desde que JinKi había conocido a ese hombre, parecía decidido a ver todas las misteriosas facetas que este poseía. No era como si MinHo no estuviera curioso pero no llegaba a tal nivel. Sí, ciertamente quería ver esas sonrisas, risas y rubor que habían shockeado a su mejor amigo, pero JongHyun no era el centro de sus pensamientos, ni mucho menos.

MinHo miró el nublado cielo cuando JinKi y él salieron a la calle después de acabar su interminable jornada laboral. Garantizaba una lluvia segura y como su amigo y él vivían a cinco minutos andando, no se habían molestado en traer ninguno de sus coches.

— Va a llover, MinHo... —él prefirió no comentar nada cuando su amigo, no precisamente agraciado con buena suerte, dejó de hablar porque una lluvia repentina y que incrementaba con una velocidad apabullante empezó.

— Genial —MinHo llevaba horas en un quirófano y lo menos que le apetecía en ese momento era mojarse de pies a cabeza con ese frío aire que lo mataba lentamente.

— Uf, menos mal que JongHyun siempre trae coche...

Espera... ¿qué?

— ¿Qué? —la cara del menor era todo un poema, ¿ese hombre había dicho...?

— Oh, —se giró y encaró la mirada confundida de MinHo con una de sus sonrisas— está mañana me ha preguntado si podía comer con nosotros algún día. Y cómo hoy curiosamente ninguno teníamos guardia, lo he invitado a cenar.

— ¡Tú, maldito Jin-

— ¡JONGHYUN! Mira ahí está su coche, vamos —ignorando el humor del menor, Onew arrastró a MinHo del brazo hasta un imponente y caro coche.

El conductor quitó el seguro cuando alcanzaron el sitio y ambos se estaban empezando a empapar de la lluvia incesante. MinHo fue prácticamente lanzado a la parte de atrás por su amigo, gesto que no le gustó ni una pizca y seguramente se vengaría.

— Oh, JongHyun gracias, realmente no sabría qué hacer si no hubieras llegado —el mayor comentó alegremente.

La escena era como ver un eclipse... no, incluso más irreal. Choi simplemente creía estar soñando, aquello parecía una dimensión paralela.

"Oh, Onew, no exageres, habrías llamado a un taxi"

¿Cuanto tardaban en llegar al edificio donde Lee y él vivían? ¿Alrededor de dos minutos en coche? Bien, pues en esos 120 segundos pudo ver a la cara del neurocirujano expresar más emociones que durante los más de 5 años que llevaban en el mismo hospital.

Risas casi silenciosas que eran simplemente únicas, rubor que le daba un toque adorable que jamás pensó que existiría (ni en lo más profundo de esa fosa que pensaba que tenía por corazón). Sonrisas tímidas, felices y brillantes que le aceleraban el corazón como si fuera una adolescente y una conversación amena y tranquila que era como una melodía de fondo relajante.

"Últimamente está lloviendo muchísimo, ¿no crees JongHyun?"

"Qué se le va a hacer, estamos en la época"

"No me gusta el mal clima porque todos andamos un poco más deprimidos"

"¿Enserio? Pues yo estoy muy alegre"

Killian【 JongKey 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora