17. Hombre de gráciles pasos

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Con unos pasos ligeros y elegantes, aquel hombre se encaminó al piso diez al que tantas veces había ido. Sus rasgos finos le hacían parecer más joven de  lo que realmente era, pero incluso a pesar de ello y, además, su delgado cuerpo, desprendía una aura de poder y fortaleza que podría intimidar a cualquiera en su camino.

Vio la puerta blindada que lo separaba del apartamento y sonrió al recordar que el propietario le había dado llaves años atrás. Mientras tarareaba alegre, sacó su llavero encontrando aquella abandonada llave y con tranquilidad abrió la puerta de delante suya.

Entró al apartamento en silencio, dándose cuenta en aquel instante que su amigo debía estar durmiendo a pesar de ser ya poco más de las 12 del mediodía.

— Ese maldito vago... —susurró.

Se dirigió con agilidad a través del salón, recordando perfectamente donde estaba cada habitación. Tampoco era como si pudiera olvidar una casa en medio año que había estado de gira, así que cuando se encontró de frente con la puerta que separaba el salón con la habitación principal, sin dudar, abrió sonoramente la puerta.

— ¡Tú! ¡Maldito Key! ¡Se escucha en todos los malditos canales de televisión que iba a volver a Corea esta mañana y tu ni siquiera apareces para saludarme... ¡AAAAHHHHH! ¡¿Quién eres?!

TaeMin retrocedió hasta caer sobre el suelo al ver a un hombre el cual no recordaba de nada. Dicho hombre estaba tumbado en la cama junto a un prácticamente dormido Key enrollado en las sabanas, dejando a la vista la desnudez de su compañero. Observó como aquel extraño hombre rubio espabiló rápidamente a pesar de haberse despertado de improviso por el grito de TaeMin.

Por el contrario, su amigo solo seguía ahí enrollado como un burrito entre las sabanas sin abrir los ojos y refunfuñando palabras inentendibles. ¿Qué diablos sucedía ahí?

El primero en reaccionar fue el desconocido, que al percatarse de que carecía de ropa, salió corriendo a la habitación armario de Key. Para su propia sorpresa, TaeMin solo se quedó observando como aquel misterioso personaje se iba.

Podía escuchar ruido en la habitación donde estaba el desconocido, pero lo único que hacía TaeMin era mirar con la boca abierta por la sorpresa al plácidamente medio-dormido que tenía como amigo. No fue hasta segundos después que consiguió despertar del trance para acercarse al Bello Durmiente y, amablemente, tirarlo al suelo.

— ¡¿Pero qué mierda?! —un ceño fruncido enmarcaba unos ojos vibrantes de ira pero con toques de somnolencia como podía ser aquel parpadeo descoordinado de los ojos— ¿TaeMin?

El actor se levantó del suelo mirando extrañado a su amigo que mágicamente había aparecido en su cuarto. KiBum no tardó en ser consciente de su desnudez, así que con agilidad se puso algo de ropa tirada por la habitación. TaeMin, en cambio, desvió la mirada vigilando la puerta del armario.

— ¿Quién es ese rubio? —"¿y por qué estaba desnudo en tu cama?" quiso preguntar, pero no sabía cómo hacerlo ¿KiBum le mentiría?

— Mi novio —un ahora vestido Key se giró para mirarlo con una sonrisa.

Por el contrario TaeMin solo susurró un extrañado "¿Qué?".

Ciertamente, TaeMin no era estúpido, se había cuestionado alguna que otra vez la orientación de su amigo. Key miraba alguna que otra vez a hombres pero no de la forma habitual, otros momentos parecía apegarse muchísimo a un chico y de un día para otro no quería ni cruzar miradas con él. Todo era sumamente extraño, pero no habían demasiadas indicaciones, por lo que jamás tuvo claro nada. TaeMin no se había preocupado al ver a su amigo seguramente acostándose con otra persona del mismo sexo, posiblemente porque su mente se había preparado hace años para ver aquello. Pero, no sabía quien era el rubio, y eso era la principal preocupación.

Killian【 JongKey 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora