21. Máscara de piedra

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Sabía que estaban gritando, lo podía ver, pero aún así no escuchaba ni una palabra. Perfecto.

Una inigualable cara inexpresiva, imposible leer alguna pista de lo que iba a decir. Su actuación había empezado y su fama era en relación con sus habilidades, impecables. Nadie de esa abarrotada sala podría adivinar que Key se estaba muriendo de la angustia en aquel momento. El mismo se asombraba al ver su cara en los monitores: unos ojos fríos como el hielo, sus labios ladeados hacia abajo con ligera molestia y aquel peinado castaño que no tenía ni un solo pelo fuera de lugar.

La multitud delante suya era su contrario, levantados, empujándose. Estaban todos alterados, buscando la gran noticia que los había llevado a aquel sitio. Rondarían las 100 personas, pocas ya que se había restringido la entrada para evitar que todo saliera de control. Muchísimos guardias por todas partes controlaban aquel griterío, por suerte para Key, su concentración era tal que ni un solo sonido era detectado por su cerebro.

Como él, sus pasos lentos hacia su asiento en la plataforma ligeramente más alta que donde se situaban los reporteros eran seguros y poderosos. Se sentó sin parpadear ante el escándalo que había causado con unas pocas imágenes.

Una pequeña sonrisa se situó en uno de los lados de su labio. Nadie podría adivinar que iba a decir, eso de alguna manera le hacía sentir superior. Le gustaba como su temor resultaba indetectable ante las cámaras y solo se veía su lado más orgulloso.

Eso en aquel momento sería de ayuda, dudar en ese instante solo haría que las personas no creyeran su relación con JongHyun. No sería nada bueno.

Pasaban los minutos, podía verlo en el reloj digital de los monitores que mostraban su imagen en diferentes cadenas. Cinco minutos, cuando la gente empezaba a impacientarse dijo suavemente:

— No me gusta gritar, hablaré cuando la gente esté dispuesta a escucharme.

Su tono agresivamente sutil era magnífico, todo el mundo entendió que estaba ordenando silencio pero nadie pudo contraatacar.

Tres palabras después de eso, aquel silencio que tantísimo había costado de crear fue roto con una facilidad impresionante.

— Sí, soy bisexual.

Gritos, preguntas, periodistas impacientes y obsesionados con sacar más información. ¿Quién pensaría que diría eso? Aunque los rumores fueran reales era obvio que una persona tan famosa como Key jamás lo admitiría. Todos los periodistas presentes habían acudido con la intención de inventar alguna noticia después de agobiar al actor. Pero, al contrario de la lógica, Key había dicho aquellas palabras.

Cada cadena retransmitía en directo aquella entrevista, así que fue cuestión de segundos de que todo el globo tuviera acceso a dicha información.

E incluso después de todo aquel revuelo, Key seguía imperturbable, sentado en aquella mesa de decoración simple donde solo había un micrófono y una botella de agua. Tosió ligeramente, intentando llamar la atención de los presentes. Podía notar el nerviosismo que tenían los de la empresa, sentados unos metros a sus lados. No decían nada. De aquella manera era mucho mejor.

— Por si no lo saben, queridos periodistas, las primicias del siglo las doy yo, con las palabras que salen de mi boca. Pero a pesar de ello, ni siquiera puedo hablar, ¿realmente son reporteros o... no sé, son abuelas de pueblo en busca del chisme de última hora? —el castaño ya estaba molesto, se le había agotado la paciencia.

Jamás, ninguno de los periodistas ni ninguna persona que estaba viendo aquella retransmisión había visto al siempre alegre Key así (exceptuando a unas personas que podía contar con los dedos de una sola mano). Era como si sus palabras, además, tuvieran hielo. Su expresión mataba, y no precisamente por su belleza natural, sino porque desprendía un odio que asustó lo suficiente para callar a todos.

Killian【 JongKey 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora