High School DxD - El Verdadero Sekiryuutei [La Poderosa Fracción de los Humanos]

Capitulo 20: Juggernaut Drive

—¿Qué es esto?

Pregunte, porque me guantelete comenzó a brillar de nuevo, como sí nunca hubiera estado vacío desde que llegué a este lugar.

Desesperadamente comencé a gritar el nombre de Ddraig, pero nadie me respondía, simplemente Lilith soltaba una risas extrañas.

—¿Eres idiota? ¿Acaso te he dicho para qué sirve él que comas la fruta?

—La verdad... No

—Por eso... verás, después de Adán y Eva, nadie más ha comido de está fruta... eres el tercero que la come

—Sí, sí... nunca le he prestado atención a los temas bíblicos, ni cuando era humano y mucho menos cuando soy un demonio.

—Por eso eres un completo idiota... ¿Esas chicas están bien de la cabeza?

Lilith comenzaba a mirarme con desdén, la verdad no entiendo porque lo hace, no he hecho nada fuera de lo común ¿o sí? ¡Da igual!

—Entonces ¿Qué ahora ahora?

—¡Por el amor de Lucifer! ¡¿Como quieres que yo lo sepa?!

—¿Qué no vienes del futuro?

—¿Haa? ¿Qué te hizo pensar que yo soy del futuro? además ¿Futuro? un momento... no, sabe que.. olvida... haz lo que tienes que hacer.

B-Bueno, creo que no pensaré mucho en esto, por el momento.

—[Balance Breaker]

Fue mi propia voz la que se escucho muy solitaria, pues claro, Ddraig no estaba aún dentro del guantelete.

Aún así logré ponerme mi armadura común, y aunque luego intente colocarme mis otras armaduras, no me era posible.

Bueno, creo que esto es mejor que nada.

—¿El sekiryuutei siempre fue así?

—Lilith...

—¿Si?

—Que hace esta fruta exactamente.

Lilith lo pensó por un momento y luego de eso me respondió.

—Como dije antes, puedo sentir el aura de un dragón dentro de ti, pero también puedo sentir una aura divina en ti... crei que seria divertido convertirte en demonio... eso es todo, nunca pensé que podrías ponerte una armadura.

Mierda, ahora no se quien es más tonto, sí yo o ella misma.

—Como sea... por ahora...

Mientras estaba listo para romper los barrotes, la silueta de una hermosa rubia se postraba detrás de ellos.

Inmediatamente me armadura se desvaneció, porque su mirada aterrorizada me lastimo muy dentro de me.

—Asia... no, Tiffania-sama

Ella estaba asustada, se podía ver claramente cómo temblaba, como sus labios tiritaban mientras que en sus manos sostenía una pequeña llave de bronce que brillaba con escasa luz.

Está mujer qué es idéntica a Asia, lentamente y con meigo, abrió me celda con el mayor cuidado posible, mientras me veía directamente a los ojos, a me y a la mujer que me había abrazado desde atrás.

—¿Tiffania-sama?

Al tratar de tocar su mano, ella rápidamente la alejó y me gritó !odio a los demonios, a los monstruos, a los dragones y a los dioses¡

Nunca había visto la cara de Asai haciendo una expresión de desprecio, la mirada bondadosa que una vez conocí, fue rota gracias a la angustia de está mujer que era igual a ella.