El dolor era insoportable. Draco sentía que algo viscoso, pesado y caliente resbalaba por su espalda. Con la cara hacia el suelo gemía de dolor.
-"Theodore Nott te ayudará" -la voz sonó en su cabeza- "Él sabe por lo que estás pasando y te ayudará a volver, a él no lo tienes que buscar... él te encontrará"
Draco trató de levantarse, pero sus manos temblaban. Cuando logró sentarse vio que su pecho y brazos estaban llenos de rasguños, seguramente de cuando se había impactado contra los árboles del bosque. Tocó el liquido viscoso que resbalaba por su espalda y quitó un poco para verlo. Era totalmente negro y él se dio cuenta que eran sus alas... se habían quemado. Tocó un poco más y pudo sentir sus cicatrices, esas donde antes habían estado sus alas.
Sintió que sus ojos quemaban y empezó a llorar. Todo había sido por culpa de su curiosidad, ahora era un ángel caído... Casi un humano... Cuando logró ponerse de pie vio que sus pantalones también estaban rotos, así que se los quitó, optando por andarse desnudo.
Caminó unos cuantos minutos por la oscuridad del bosque hasta que sintió algo frío y plano. Era la carretera. Había estado cinco años mortales en la tierra, así que sabía algunas cosas sobre ella. Lo único que tenía que hacer era esperar a que un coche pasara y le haría señas para que se detuviera.
Estuvo ahí media hora, intentado parar un auto, pero, como estaba desnudo, nadie se detenía. Caminó para ver si podía encontrar algo, pero todo fue en vano. Entonces empezó a sentir cosas extrañas. Su cuerpo empezó a temblar y sentía la necesidad de taparse con algo. Era frío, tenía frío. Estaba empezando a sentir sensaciones mortales... Entonces vio unas luces, era otro auto. El auto se detuvo si necesidad de hacerle señas. La ventanilla del acompañante bajó para poder ver al personaje que se encontraba dentro.
-Sube -le ordenó a Draco- te dará una pulmonía
-No me dará nada soy... -pero se quedó en silencio- ¿Quien eres?
-Sé que eres un ángel caído -le abrió la puerta del acompañante- sé que no te dará una pulmonía, pero sube
Draco dudó un poco pero subió al coche donde el clima estaba caliente.
-En los asientos de atrás hay ropa, trata de cambiarte, espero que te quede -dijo mientras empezaba a manejar
Draco se pasó a la parte trasera del coche y empezó a vestirse.
-Aún no me has dicho como te llamas -dijo Draco
-Oh, es verdad, mi nombre es Theodore Nott y también soy un ángel caído. -contestó.
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Hermione terminó de arreglar los últimos papeles para irse a su casa. El trabajo en el ministerio había sido duro, trabajar en la defensa de las criaturas mágicas no era nada fácil. Pero era navidad así que tendría unas cortas pero relajantes vacaciones.
Hoy había salido temprano pues en la noche tendría un baile de navidad organizado por el ministerio y Ron le había rogado que fuera con él y finalmente ella había aceptado. Así que se dirigió a una de las chimeneas y se fue a su casa.
Luna la esperaba con la comida hecha en la mesa y una gran sonrisa típica de ella.
Años después de salir de Hogwarts ellas dos se mudaron juntas al Londres muggle, pues Ginny y Harry habían decidido vivir juntos. Luna también iría al baile, pero no había querido aceptar la invitación de nadie. Ella trabajaba como auror y le encantaba, aunque muchos dijeran que estaba loca.
La noche por fin llegó y las chicas empezaron a arreglarse.
Luna se vistió con un lindo y no muy corto vestido azul, que hacía que sus ojos brillaran de más y unos zapatos altos color plata. Y Hermione con un vestido rojo, un poco más arriba de la rodilla que mataba a cualquier hombre que la viera, con unos zapatos altos a juego con su vestido. Tomaron el traslador y se fueron al baile.
Al llegar Ron ya la esperaba afuera. Ella tomó su brazo con una sonrisa un poco forzada.
No le gustaban los bailes, ella prefería quedarse en su casa leyendo un buen libro frente a su chimenea con un rico chocolate caliente. Pero no podía decir nada, Ron era su novio y tenía que aceptar para que él no se sintiera mal... Lo que ella no sabía era que esa noche su vida cambiaría para siempre...
