El camino siguió por otra hora y media hasta que divisaron un lago a lo lejos, de agua clara y árboles sin hojas alrededor. También se veía una cabaña, no muy grande, con chimenea.
Llegaron por fin y estacionaron el Jeep a un costado de la cabaña, que viéndola bien, parecía más una casa. Era de dos plantas y tenía una bonita terraza. Entraron y se dieron cuenta de que era sorprendentemente hermosa.Tenía una sala de madera acolchonada que combinaba con la madera de la casa. La chimenea era de tamaño mediano, perfecta para darles calor a todos. Después estaba el comedor, con seis sillas, todo de madera. Luego había una puerta pequeña que daba a la cocina, no tenía refrigerador pues no había energía eléctrica, por eso llevaban la hielera, para la comida, pero había quemadores, funcionales con gas y unas alacenas. La mayoría de la casa era de madera color café claro. Subieron al segundo piso donde estaban las habitaciones,
Cada pareja eligió una habitación. No eran muy amplias, pero tenían baño propio, con bañera y agua caliente, cama con dosel blanco, un calentador de gas y un ropero para la ropa y los zapatos. Ahí había cobijas en la parte de arriba del mismo. Hermione acomodó todo y se cambió de ropa a algo más ligero y se puso sus botas de lluvia. Draco solo se puso un suéter de cuello alto, de color negro, se dejó los jeans que traía puestos y se puso unas botas de cazador.
Hermione puso más cobijas en la cama y después bajaron. Los demás ya estaban en la parte de abajo, comiendo un poco de helado que habían traído Theo y Draco.Platicaron un rato y luego decidieron prender la
fogata protegida que tenía Theo en la terraza.Asaron malvaviscos y pasaron un muy buen rato hasta que comenzó a llover. Entraron en la casa y decidieron que los hombres harían la cena.
-Tendremos que ir a cazar –comentó Theo- La comida tiene que estar fresca pues no tenemos congelador.
-Bueno, con las varitas no será tan difícil –Dijo Draco que estaba sentado en el sofá con Hermione.
-O podemos invocar comida –comentó Harry
-Vamos chicos, no sean nenas –Theo se levantó de donde estaba sentado y fue a la pequeña alacena que estaba debajo de las escaleras, encendió su varita con un "Lumos" y buscó algo.
-¿Qué haces Theo? –preguntó Luna
Theo hizo mucho ruido, pero salió dos minutos después, con tres cajas largas y una red. Puso todo en la mesa y después entró de nuevo a la alacena, sacando tres cilindros que parecía que tenía algo que sonaba mucho.
-Hagamos esto a lo muggle y vamos a divertirnos un poco –Theo bajó los cilindros- Harry, Draco, vengan.
Los dos chicos se acercaron y Theo les dio una
caja y un cilindro a cada quien. Los chicos los tomaron dudosos, pero luego lo abrieron. Eran arcos de metal para caza profesionales, y en los cilindros había flechas.-Genial –murmuró Harry emocionado.
-Los niños y sus juguetes –se burló Ginny.
-Ya me dieron ganas de cazar –dijo Draco ilusionado.
-Entonces vayan nosotras prepararemos los demás.
-No vamos a traer mucha carne o se echará a perder –Theo se colgó el carcaj al hombro
-Tenemos la hielera – dijo Hermione- podemos guardar carne mientras tenga hielo.
-También podemos hacer un encantamiento refrigerador en una de las alacenas –Luna se levantó y abrazó a Theo- ya sabes, para guardar toda la carne, así ustedes se divertirán.
-Me parece perfecto –Draco miraba aún el arco con adoración. Hermione pensó que la cambiaría por un arco como ese. Parecía niño con juguete nuevo.
-Ay que irnos antes de que oscurezca –comentó Harry mirando a la ventana.
-Sí –Draco se colgó el carcaj y lo mismo hizo Harry
Los tres salieron a cazar mientas las chicas se quedaron en la casa.
Los chicos estaban más que emocionados por el asunto de la caza. Cuando por fin se adentraron con el bosque totalmente abrigados, con guantes y botas. Se detuvieron un momento y miraron a su alrededor.-Bueno –comenzó Theo- Este es el trato, el que case el animal más grande ganará –concluyó.
-Me parece excelente –dijo Harry
-A mí también ya que les voy a patear el trasero –bromeó Draco.
-Las reglas son no utilizar la varita y pues... ya
-Bueno, hay que irnos...
Los tres se miraron y después empezaron a correr para distintos lugares.
Las chicas se quedaron haciendo distintas
cosas. Hermione leía, Luna cocinaba un postre de Moras y Ginny estaba en su habitación.-¡Chicas! –Gritó Luna- encontré algo.
Ginny bajó y Hermione entró a la cocina. Las dos miraron a Luna con una botella de vino tinto en la mano.
-Al parecer Theo tiene un buen gusto –dijo la rubia- Y hay más
Luna se acercó a una alacena de la parte de arriba y abrió la puertita. Ahí había otras cinco botellas más. Una de vino blanco, otra de Whisky normal y una de fuego, una de Tequila y otra de tinto, aparte de la que la rubia tenía en la mano.
-Hay que beber un poco –Luna sacó unas copas y sirvió vino.-Opino igual –siguió la pelirroja
-No creo que sea buena idea –interrumpió la castaña
-No seas aguafiestas –Ginny tomó una copa y se la dio- no tomaremos mucho
-¿Lo prometen?
-Claro, lo que sea
-Ginny...
-Sí Hermione, lo prometo.
-Está bien, solo un poco. –aceptó al fin la castaña.
Draco aún no había cazado nada y el frío le estaba empezando a calar en los huesos. Se sentó en una roca cercana, sacó un cigarrillo y lo encendió. Un poco de calor recorrió su cuerpo cuando empezó a fumarlo. Entonces escuchó un ruido detrás de él. Se levantó rápidamente y apuntó con su arco cargado. Era Harry.
-Lo siento, no sabía que eras tú –se disculpó Draco.
-Está bien, tampoco era mi intención asustarte...
Draco le ofreció un cigarrillo pero Harry se negó.
-¿Has cazado algo? –preguntó Harry.
-Creo que es obvio –contestó Draco.
De nuevo se quedaron en silencio.
-Hay que regresar a la casa –propuso Harry- No hay nada para cazar
-Quería disparar el arco aunque sea una vez
-Hay que hacerlo...
Harry y Draco lanzaban cosas y disparaban un par de veces. Los dos se llevaron muy bien y se hicieron amigos de inmediato. Decidieron que regresarían a la casa y así lo hicieron.
Las chicas reían y seguían tomando vino cuando llegaron Draco y Harry. Theo ya estaba ahí, desplumando unos cuantos pavos silvestres en la parte delantera de la casa/cabaña.
-Supongo que ganaste –Dijo Draco
-Sí, ustedes son unas nenas...
Draco le hizo una seña obscena con su dedo y entró a la casa/cabaña. Las chicas reían en la cocina y un delicioso olor a pastel salía de la misma. Draco y Harry entraron a la cocina y también tomaron un poco de vino. Theo cocinó los pavos con especias, verduras y vino tinto. La comida estuvo estupenda y todos se dieron cuenta de que Theo era un excelente cocinero.
Todo iba bien, hasta que un patronus entró a la casa. Era un perro, ósea que era el de Ron. Harry se acercó al patronus y entonces la voz de Ron salió del mismo.
-Andrómeda, la abuelita de Teddy está grave en San Mungo y quiere ver a Harry y a Hermione –después desapareció.
No lo pensaron dos veces, empacaron y todos se fueron a San Mungo.