Draco le dio muchas vueltas al asunto. ¿Qué había querido decir Fred con eso de que ella lo necesitaba a él?
Estúpida mortal. Tenía que matarla, así la tentación por ella se iría y él podría regresar al cielo.-"Tal vez no es tan malo quedarse como un ángel caído" –pensó- "Claro que es malo, estás cambiando tu eternidad por un capricho... Ella morirá algún día y tú seguirás como siempre, siendo joven e inmortal"
Draco ahora no sabía qué hacer, estaba confundido, ya no sabía qué hacer. Miró de nuevo a la castaña, se acercó lentamente a ella y le quitó un mechón de cabello que le tapa de la cara. Ella se movió ante el contacto, pero no despertó. Acercó más su cara a la de ella y le dio un pequeño y tierno beso en los labios. Hermione se estiró y entre abrió la boca...-Draco... -susurró.
Draco sintió como un escalofrío recorrió su espalda. Ella había dicho su nombre... estando dormida... Ahora estaba más que confundido. Caminó lentamente a la ventana y se fue sin hacer ruido.
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A la mañana siguiente, Hermione se levantó temprano como siempre, ya por costumbre, pues seguía de vacaciones. Decidió que iría a correr y después al callejón Diagon para comprar algunas cosas, como ropa y helado. Se vistió con ropa casual y fue a donde estaba Luna. Ella accedió a acompañarla, pero solo a correr pues tendría una cita con Theo en la tarde y no se la podía perder. Corrieron durante media hora en un parque cercano y después desayunaron algo ligero. Regresaron a su casa, se dieron una por turnos. Vieron una película muggle llamada "Plan B" y después cada quien se fue por su lado.
Hermione se compró muchas cosas, entre eso ropa, zapatos, pergaminos, plumas, libros y cosas para su gato. También se compró un helado Florean Fortescue en por el antojo y hambre. Ya no sabía qué hacer, tenía mucho tiempo libre, sacó su libro favorito "Orgullo y Prejuicio" y se pudo a leer en un poco mientras se comía otro helado de chocolate. Por alguna extraña razón pensó en Ron, tuvo la sensación de que tenía que ir a verlo, o tal vez se sentía culpable por lo que había pasado cuando llevó a Draco y sabía que tenía que ir a disculparse.
-Deberías dejar de seguirme –la voz de Draco la saco de sus pensamientos- ¿Te gusto tanto como para que me sigas también aquí?
Hermione sonrió- Hola Draco...
-Hola Hermione.
-Creo que tú eres el que me sigue.
-¿Por qué te seguiría?
-No lo sé, dímelo tú.
-Mejor invítame un helado... -Draco se sentó a un lado de ella- se caballerosa.
-Jajaja, claro ¿De qué quiere su helado Sr. Malfoy?
-Mmmm... Creo que el Zarzamora está excelente.
Hermione pidió el Helado, pero Draco no dejó que lo pagara. Platicaron por más de dos horas, de cosas cotidianas.
-Tengo que ir con Molly, veré como están
-Te acompaño, quiero disculparme con ella.
Hermione dudó, pero después decidió que estaba bien.
-Iré a mi casa para dejar todo esto –tomó todas las bolsas- ¿Me acompañas?
-Claro –contestó Draco y le quitó unas cuantas bolsas
-¿Usamos tu varita?
-¿Mi varita?
Era lo único que nunca resolvió con Theo. ¿Ahora qué haría? ¿Qué le diría a Hermione?.
-Creo que la dejé en casa, mejor usemos la tuya
-Bueno.
Draco dejó una buena propina, se tomaron las manos y se aparecieron en la casa de Hermione. Ella se metió a su cuarto para arreglar todo y Draco se quedó viendo la tele en la sala. Pero en realidad no le ponía atención, estaba pensando el asunto de la varita... ¿Cómo le haría? Él no era un ser con magia y por obvias razones no tenía varita. Tenía que hablar con urgencia con Theo y resolver todo esto. Pero sería luego.
-Vamos.
Draco se levantó y la vio. Se veía hermosa, con un vestido de gasa color rosa pastel y unos zapatos sencillos a juego con el vestido, con su cabello castaño suelto y muy bien peinado.
-Te ves muy hermosa –"¿Qué de dónde había salido eso? ¿Él lo había dicho?" Hermione se puso roja
-Gracias... ¿Nos vamos?
-Claro.
Se tomaron de la mano y se aparecieron en la madriguera. Draco no le soltó la mano, a pesar de que ya no era necesario sostenerla. Hermione tampoco la aparto, hasta que estuvieron en la puerta. Ginny los recibió, Harry estaba sentado mientras platicaba con George. No había rastros de Ron por ningún lado. Se sentaron para platicar un poco. Hermione se apartó con Harry mientras Draco platicaba con Ginny, la mini Weasley, como él la había llamado.
-¿Y Ron? –le preguntó ella al azabache
-Salió con Lavander...
Hermione sintió una punzada en el pecho, celos tal vez.
-Claro está soltero, no hay problema. –dijo ella
-No te enojes Hermi, solo salieron como amigos.
-No me enojo, él no es nada mío.
Harry salió con ella al patio y caminaron un poco.-¿Cómo estás con Ginny? –Hermione se sentó en un pequeño columpio que tenían en un árbol cercano.
-Muy bien... pienso proponerle matrimonio.
-¡Eso sería hermoso Harry! –Hermione saltó hasta donde estaba él y lo abrazó.
-Lo sé, pero estoy nervioso –le respondió el abrazo- hoy viene toda la familia... Ya sabes, Charly, Bill, Fleur y la pequeña Victoire y voy a traer a Teddy... Tengo miedo que me maten entre todos...
-No te harán nada, ellos te adoran, más Molly. –lo tranquilizó.
-Por eso te quiero Mione...
-¡Mi hermanito se va a casar con mi mejor amiga!
-Shh!! –la abrazó. –Voy a casarme con Ginny... -sonrió