Draco odió el novio de Hermione por ser tan oportuno y a si mismo por ser tan cobarde y no hacer nada cuando estuvo con ella. Bufó. Tenía que planear otro encuentro con la chica o podía acabar esto de una vez por todas, ir a la casa de Hermione por la noche y asesinarla mientras dormía. Le gustaba más la segunda idea, así que eso haría, no se andaría con rodeos.
Theo llegó en la tarde, como a eso de las cinco. Por lo que Draco vio venía muy contento.
-Estoy enamorado –dijo Theo tirándose al sofá.
-Estás loco, eso es lo que te pasa –contestó Draco.
-No lo entiendes, es un ángel... Ella es diferente... -suspiró.
-No puedes enamorarte de una mortal, los arcángeles no te dejarán volver al cielo
-¿Y quién dijo que quería volver al cielo? –Contestó- De los dos eres el único que quiere volver a ese lugar.
-El sexo con la chica te afectó el coco.
-No tuvimos sexo... -sonrió mirando a la nada- platicamos toda la noche y le dije que si quería ir a mi cabaña fuera de la cuidad. Al principio dudó, pero accedió al final.
>Cuando llegamos, lo acepto, quería llevármela a la cama y hacerle el amor... Pero ella empezó a contarme cosas de criaturas que –sinceramente- no sé si existan... Las brujas son raras. Entonces sus comentarios inteligentes y su sonrisa me dominaron por completo. Se quedó dormida en mi hombro y la llevé a la cama... Yo dormí en el sofá.
-Si es bruja, pudo haberte hechizado. –comentó Draco
-No seas tonto Draquito, los hechizos y todo eso no funciona en nosotros, somos ángeles caídos... El único hechizo que funcionó fue el de sus ojos azules y grandes...
-Me matarás de ternura –dijo con una nota de sarcasmo en su voz- Pues yo solo quiero regresar al cielo y tener mis alas...
-Cierto... ¿Cómo te va con eso?
-No muy bien, pero hoy en la noche tendré la sangre de la chica.
-Muy bien, yo saldré con su amiga al cine, puedes invitarla a salir...
-No, lo haré mientras duerme.
Theo encogió los hombros y se levantó para darse una ducha, dejando a Draco pensativo. Después comió algo y se fue por la rubia. Cuando llegó a eso de la media noche, Draco ya no estaba.A la una de la madrugada Draco entró por la ventana del cuarto de la castaña. Vestía todo de negro y llevaba una capucha puesta. El frío estaba fuerte, así que Hermione estaba cubierta con dos cobijas. Draco la miró por unos minutos y luego la destapó con cuidado. Hermione llevaba puesto una pijama de seda brillante color melón. Su cabello castaño cubría parte de su cara, así que Draco lo retiró lentamente. Miró sus labios, entre abiertos respirando suavemente y los ojos cerrados por el sueño. Draco no pudo resistirlo y acarició suavemente su cara. Hermione no se movió. Luego acarició su cuello y la castaña siguió inmóvil, pero cuando llegó a su hombro, se movió.
Cuando Hermione abrió los ojos juró ver una silueta para a un lado de su cama. Tomó la varita de su mesita de noche, pero cuando volteó para ver quién era, la silueta había desaparecido. Tal vez había soñado... Pero el contacto se había sentido muy real. Suspiró y volvió a acostarse, quedándose dormida de inmediato.
Draco miraba la ventana desde abajo. No había podido, de nuevo había sido cobarde... Subió al auto y se largó de ahí. No pudo evitar pensar en Hermione, que se veía tan inocente ahí dormida. Ella era realmente hermosa y más cuando dormía... Por ella Draco podía quedarse en la tierra y ser condenado a no tener alas... Inmediatamente borró la idea de su mente. Él quería volver al cielo... ¿Verdad?
Esa noche volvió a soñar con Hermione Granger.