Draco llegó a la casa de Theo, se quitó el traje y se puso uno de los pantalones negros de seda que supuso eran pijamas y se acostó en el sofá.
Hermione era realmente hermosa, pero no se tenía que dejar seducir, tenía que ser al contrario, ella tenía que caer presa de sus encantos para poder lograr su "misión". Si quería de nuevo sus alas, tenía que matarla.
Con forme habían platicado en el bar, Hermione le platicó que trabajaba en el ministerio, en la sección de cuidado de criaturas mágicas. Draco no sabía a que se refería, pero no le fue tan difícil adivinar el que era una bruja. Cuando entró en su mente, vio que era todo un desastre, pero en su mente sobre salía un pensamiento: "Él es verdaderamente atractivo... así que... ten cuidado". Ahora Draco se había dado cuenta de que no le tenía confianza y eso era lo primero que tenía que ganar. Suspiró de nuevo y se quedó dormido.
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A la mañana siguiente se despertó cuando el sol apenas estaba saliendo, tal vez solo había dormido unas tres horas, pero no tenía sueño, así que se levantó y fue a la habitación de Theo para ver si estaba, pero no había nadie. De seguro se había conseguido a una chica y había pasado la noche con ella. Entonces recordó a la chica rubia de mirada inocente del baile. ¿Cómo se llamaba? ¿Estrella?, Draco no pudo recordar el nombre y no intentó hacerlo, pues, sinceramente no le importaba.
Tomó ropa de Theo y se volvió a duchar. Decidió que era muy temprano para ir a buscar a Hermione, así que se hizo algo de desayunar y se sentó a ver la tele. Recordó que Hermione le había dado su teléfono y fue a buscarlo al bolsillo del pantalón. Lo miró varias veces y esperó a que fueran las 12 para llamarle. El teléfono sonó una, dos, tres veces y la chica contestó.
-¿Hola?
-Hola Hermione -habló el rubio- espero no haberte despertado.
-¡Hola Draco! -se escucharon varios movimientos del otro lado "sí la desperté" pensó Draco- No, ya estaba despierta ¿Cómo dormiste?
-Muy bien Hermione ¿Y tú?
-Me duele un poco la cabeza por el alcohol, pero fuera de todo eso, bien. -contestó.
-Qué bien..
-Sí...
Los dos se quedaron en silencio, Draco no sabía que decirle, tenía que volver a verla, sus alas dependían de ello.
-¿Nos podemos ver hoy? -preguntó Draco- Tal vez podamos comer juntos.
-Claro, me encantaría. -contestó la castaña con un notable entusiasmo- ¿En donde nos vemos?
-Paso por ti a la una
-Entonces te espero.
-Te veo pronto nena.
Hermione soltó una risita nerviosa y Draco colgó. Draco sabía que Hermione no era soltera, que tenía novio, aquél chico pelirrojo que le gustaba ponerse ebrio y que a Draco le causaba risa, así que no sería fácil conquistarla. Él sabía que lo quería, pero estaba enojado con el pelirrojo por la forma en que se había comportado en el baile y en otros lugares. AL parecer el pelirrojo se estaba comportado de manera extraña y le exigía cosas que Hermione no quería hacer y eso hacía que el pelirrojo la maltratara. ¿Cuál era el nombre? ¿Donald?, verdaderamente a Draco no le importaba.
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Draco llegó puntualmente a la una por ella. Subió a su apartamento y tocó suavemente la puerta.
Hermione abrió de inmediato y lo invitó a pasar. Ella vestía un sencillo conjunto de falda color crema y una blusa blanca, con unos tacones altos que combinaban. Se veía hermosa y al chico casi se le cae la baba. Draco se sentó en el sofá mientras Hermione hacía una nota.-Lo siento -dijo sin apartar la vista de la nota- mi compañera no llegó anoche y estoy un poco preocupada.
-Si quieres lo podemos dejar para otro día -comentó el rubio.
-No, no quiero quedarte mal. -contestó la castaña.
-O podemos comer aquí -dijo Draco
-Me gusta más esa idea -Hermione dejó de escribir y lo miró- Espero que no te importe...
-Está bien, no hay problema, podemos comprar algo en el super mercado y cocinar aquí
-¿Sabes cocinar? -le preguntó la castaña.
-Un poco...
Hermione lo miró con una nota de preocupación y duda en su cara.
-Tranquila, solo han muerto dos con mi comida -bromeó Draco
Hermione volvió a sonreír y fueron a comprar lo que comerían. Trajeron pasta y pollo para comer, helado de vainilla para el postre y vino tinto.
Cuando terminaron el postre, mientras tomaban vino, una pequeña lechuza tocó la ventana de Hermione, traía una carta. La castaña la abrió y leyó mientras daba pequeños sorbos al vino.
-Ronald está mal. -dijo la castaña- tengo que ir a verlo... Espero que no te moleste
-Está bien, entiendo... -contestó- ¿Quieres que te lleve?
-Oh no, iré en traslador, pero muchas gracias... Espero verte pronto
-Yo también espero verte pronto -contestó y le dio un beso en la mejilla.
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Tubo oportunidad de hacerlo, pudo matarla y no lo hizo. Pero... ¿Por qué?. La imagen de Hermione invadió a su mente.... Era realmente hermosa... Sería difícil matarla y más cuando él no quería hacerlo. Sus labios... sus ojos... su piel... toda ella era perfecta... Draco sacudió la cabeza como queriendo quitarse la idea de la cabeza. ¿Qué le sucedía? ¿Se estaba enamorando?. ¡Ja! ¡Qué estúpida idea!. Tenía que quitar eso de su mente y pensar como le haría para matarla. Primero tenía que quitar a Ronald de su camino y luego ya pasaría a lo demás. Y tenía un plan, un plan que no podía fallar.