-Hola –Saludó Hermione- ¿Hay alguien en casa?
Teddy salió corriendo de la cocina a sus brazos, Hermione dejó las bolsas de las compras en el suelo y lo cargó llena de alegría.
-Hola mami –La saludó- Te extrañamos
-Yo también los extrañé –Besó su mejilla- Pero más a ti
-Escuché eso –Draco salió de la cocina y la besó- Yo también te extrañé mucho, mami
Teddy rió y después de jugar un rato cenaron para darle una ducha y dormirlo.
Hermione platicó un poco más con Draco sobre cómo había estado su día y sobre el vestido de novia que habían encontrado, pero no dejó que lo viera, ya que era de mala suerte verlo antes de la boda, según ella. Después de ducharse, se fueron a su alcoba y se quedaron profundamente dormidos.
Los días pasaron y la fecha de la boda estaba cada vez más cerca, Draco estaba más que estresado y había veces que solo quería desaparecer de ahí por unos instantes, pues no pensó que todo el show de la boda fuera, pues, un show. De vez en cuando se daba una escapada con Harry y Theo a beber un poco o se iba con Teddy a jugar a algún parque cercano, solo para estar lejos de los preparativos de la boda por un instante.
Luna estaba haciendo un excelente trabajo con la decoración, lo que pensaron que sería todo un caso, fue la mejor decoración de todas, rentó una carpa, sillas, mesas y hasta un grupo musical que tocara esa noche, compró de los mejores vinos y champagne y contrató a los mejores chefs del mundo mágico para el banquete.
El ministro oficiaría la boda, Harry y Theo se encargarían de los anillos, mientras Draco preparaba el lugar para la luna de miel y la situación de Teddy, habían decidido dejarlo con Harry un mes, mientras su viaje pasaba.Compraron un traje para Draco, de color plateado, que hacía resaltar sus ojos, mientras que los padrinos llevarían uno negro, con corbata a juego con el traje de Draco y una flor blanca en la solapa.
El tiempo pasó volando y el gran día llegó. Molly estaba más que emocionada, pues consideraba a Hermione una hija y estaba segura que con Draco viviría feliz. Todo el día se la pasaron en la madriguera, arreglando todos los pendientes y los pequeños detalles que faltaban por terminar. Draco se vistió en menos de media hora, así que estuvo listo antes de tiempo, decidió que iría a ver como Luna había dejado la carpa y rezó porque no fuera algo muy excéntrico. La carpa había quedado hermosa, decorada con velas flotantes, listones adornados con lo que parecían perlas recorriendo extremo a extremo y mariposas falsas color plata y blanco que revoloteaban por todo el lugar... Había quedado increíble.
Después de unas dos horas, la gente comenzó a llegar y a ocupar sus asientos, Draco estaba nervioso, pero feliz. Saludó a todos y platicó con otros, Matthew llegó solo, aunque en verdad pensó que llegaría con Daphne, pero no fue así, se comportaba de una manera extraña, Draco pensó que era porque estaba rodeado de brujas y magos, así que se acercó a él y platicó hasta que Ginny bajó y le informó que Hermione estaba lista para bajar, Harry la entregaría, así que fue a buscarla al cuarto de Ginny.
La marcha nupcial comenzó, cuando Molly bajó para sentarse con su esposo, pasaron diez minutos y Hermione no bajó. La gente comenzó a decir cosas como que se había arrepentido o que solamente estaba nerviosa, pero eso no calmó a Draco, sentía que algo iba mal, así que ignoró a todos y entró a la casa para buscar a la castaña.
Subió las escaleras y se encontró con un Harry inconsciente tirado en el suelo... Eso no era buena señal. Tocó la puerta, pero Hermione no contestó.
-¡Hermione! –Gritó- ¡Abre la puerta!
Del otro lado todo era silencio. Golpeo la puerta con su hombro varias veces, pero no se abrió. Lanzó un hechizo, sin obtener resultados.
Volvió a golpear la puerta y esta vez se abrió, revelando una escena horrible.
Matthew tenía a Hermione, la sostenía de la cintura con una mano y con la otra tenía una daga en su cuello, sonreía, mientras la castaña sollozaba.
-¿Qué haces? –Le preguntó Draco- Suéltala
-Ella no se puede casar contigo –Contestó- Ella me ama a mí...
-Draco... -Susurró Hermione llena de lágrimas
-¡Déjala en paz! –Gritó y se acercó un poco.
-Si fuera tú, yo no haría eso...
-¿Por qué haces esto Matthew?
Se escucharon pisadas por el corredor, alguien se acercaba y supuso que era porque nadie bajaba.
-¡¿Pero qué mierda?!
Draco volteó hacia la puerta y se encontró con Matthew y Theo...
-¿Quién es él? –Pregunta Matt
Draco volvió la vista al tipo que tenía a Hermione, entonces lo supo... Era Ron.
-Suéltala Ron...
-Si ella no es mía –Contestó- No será de nadie...
Entonces sucedió. Ron movió su mano y rápidamente le cortó la garganta a Hermione, después la tiró al suelo y se encajó el cuchillo en el pecho, suicidándose.
-¡Hermione! –Draco corrió a su lado y se tiro para levantarla
La puso en su regazo y trató de curarla con magia, pero no pudo.
-¡Traigan ayuda! –Grito- ¡Rápido!
No sabía qué hacer, había entrado en pánico, pero entonces recordó lo que vivía en emergencias, movió su mano temblorosa y la puso en el cuello de la castaña para intentar detener la hemorragia, pero eso fue un grave error. Un ardor subió desde su mano hasta su espalda y escuchó una voz en su cabeza.
-La sangre de una virgen os devolverá vuestras alas –Dijo la voz- Hermione Granger, tenéis que buscarla...
-¡No! –Gritó- ¡No quiero mis alas!
-La sangre de una virgen os devolverá vuestras alas –repitió la voz- Hermione Granger... Hermione Granger...
-¡No! –Rogó- ¡Ahora no, por favor! ¡No quiero regresar al cielo!
Sintió un gran dolor cuando sus alas se desplegaron y gritó, Hermione se estaba quedando sin fuerza y él no podía ayudarla.
Sintió como una extraña fuerza lo arrastraba de vuelta al cielo, lloraba y gemía, pero no podía hacer nada... Ya era tarde, él iría al infierno y Hermione moriría.
El nombre de ella fue lo último que gritó antes de regresar a su anhelado hogar. Todo se había cumplido, él había tocado su sangre y sus alas habían vuelto... Pero Hermione iba a morir y él no podía hacer nada para evitarlo.