Capítulo 19

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Villa
Ya ha pasado una semana desde que besé a Michy. Fui un cobarde al irme de aquella manera. No podía ni imaginarme que pasó por su cabeza en aquel momento, soy un idiota.
Simón me dijo que tendría que hablarle y explicarle todo, perdí su número y no tengo el valor de buscarla. Al fin y al cabo, no somos nada y seguramente no le importe. Decidí escribir algo para entregarle una carta pero lo único que salió fue un par de párrafos al azar:
No puede ser que no he encontrado todavía las palabras
Y en esa noche no dije nada
No puede ser que en un segundo me perdí en tu mirada
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Yo sé que nunca es bueno aparecer que no debo buscarla
Que debe parecer que así estoy bien que ya pude olvidarla
Y debo reprimir esta esperanza de volver a amarla
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Si lo hago todo bien quizá algún día lograre que llore
Y no es que yo quiera que sufra es que quiero que no me ignore
Que aunque lo hice sin culpa tal vez me ganaron mis temores
Si lo hago todo bien quizá algún día vuelva y se enamore
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Hacerlo todo sin errores
Para ver si te cautivo
Y buscar la excusa perfecta
Para que sepas que aun vivo
Y para hacer esa llamada
Que demuestre que aún existo
La estrategia es lo de menos
Yo solo quiero oír tu voz
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No quiero seguir jugando
A que sean mis amigos
Quienes decidan que hago
La verdad me estoy ahogando
Al tragarme las palabras
Y no decir que te extraño
Y no decir que te amo

Simón:
Se me hacía un nudo en la garganta cada vez que veía a Villa llorando sobre el folio donde le escribía a Michelle cada día, sigo sin entender porque no le habla, porque no la busca y le explica todo, sé que fue algo ilógico cómo actuó pero la ama y no hay nada que le impida estar a su lado, caray Villa no pensé que fuese tan cobarde.

–Vaya y hágala feliz–le dije mientras tocaba su hombro–y de paso sea feliz usted, se lo merece. Y no puede pasarse la vida desperdiciando papel porque lo empapa de lágrimas–hice un ademán de sonrisa, pero al ver su rostro, destrozado solo pude abrazarlo. Pasaron unos minutos y Villamil seguía llorando en mi hombro, nunca le había visto sufrir de tal manera y no sabia que hacer así que no dije nada y lo abracé con fuerza dando pequeñas palmadas en su espalda.

–No sé que me pasa Monchito–tragó un poco de saliva para aclarar su voz–nunca había sentido algo así y tengo miedo, mucho miedo. Todavía no tengo claro si ella siente algo por mí, y me arriesgué a demostrarle lo que yo sentía y después no pude explicarle nada. Soy un cobarde.

–A todos nos tiene que pasar esto, y me alegro de que le haya llegado su turno, sabe qué significa verdad, tener miedo y no haber sentido nada igual lo dice todo y usted sigue tan confundido, está enamorado Villito y por lo que veo, perdidamente. Y solo arriésguese, así como todo puede llegar a salir mal también pude salir bien y si no arriesga se quedará con la duda del qué hubiera sido. Siga su corazón y si tiene miedo, hágalo con miedo.
Arriesgué, ame, enamórese y si le rompen el corazón yo estaré ahí para unir todas las piezas, nunca le faltaré perro.
Villa:
No pude decir nada solo le abracé. Monchi, es el mejor y tengo que agradecerle todo lo que hace por mí.

Al día siguiente me levanté temprano, tenía que elaborar un plan para que Michelle pudiese perdonarme, se lo conté a Aleho y el me ayudó con los preparativos, compramos un lindo ramo de Rosas de un rojo oscuro ella me contó que odiaba las rosas rojas pero no había otras, ojalá y le gusten pensé. Fuimos a ver unos cuántas tiendas, compré una camisa y un pantalón café, después de que Aleho dijese que me hacía un lindo trasero descarté un jean, tengo unos amigos muy bobos aún así les tengo un poco de cariño. Dijo que a las chicas les gustaba un buen trasero de hombre objeté que era una idiotez y que ninguna chica se fijaba en eso. Escribí la carta más sincera que jamás he escrito, sin con aquellas palabras no me perdonaba no sabría que haría para poder conseguirla, Aleho me dijo que con eso no bastaba que debía comprar algo más, mientras pagaba una botella de agua en el supermercado él llegó con mil chocolatinas y 3 osos de peluche.

–En eso sí que te pasaste Alejandro.
–¿Qué tipo de osos prefiere? A Sofía le gustan los osos polares toda chica debería tener un oso de peluche así que elija.
–Pandas, el otro día llevó una chaqueta de panditas, se veía linda–dije poniendo cara de enamorado.
–Me da igual, si la ve linda pero tengo que dejar a estos dos pequeños en la sección de juguetes y no babee mientas piensa en ella, parece un psicopata–reía mientras se alejaba de la fila.

Era viernes y hoy Michelle terminaba el semestre, la recogería de la universidad para darle la sorpresa, espero que todo salga bien. No puedo esperar ni un minuto para poder verla pensé.

¿Los sueños se cumplen? | Juan Pablo Villamil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora