¿Los sueños se cumplen? | Juan Pablo Villamil.

Capítulo 18

Michelle:
Tomamos una mesa cerca de la de los chicos, al entrar noté sus miradas clavadas en nosotros y sobre todo en nuestras manos, no subí la vista para poder verles, me hice la que no les vi. Villa me contó un chiste al entrar; Uno que va a la ferretería:
- Oiga, ¿tiene serruchos?
- No
- ¿Y sierras?
- A las ocho y media...
supongo que para relajarme, siempre será el peor cuenta chistes de la historia sin embargo, reí como tonta. Estuvo bien que lo hiciera, no quería que su novia o ex novia(todavía no sé lo que es) no me viese con cara de espanto. Mientras hacíamos la cola, hablábamos del famoso drama de la hamburguesa, a Villa no le molestaba que todo el fandom se riese de aquel vídeo, nada le sentaba mal a ese chico, siempre con una sonrisa. (Preocúpense si ven a Juan Pablo Villamil sin sonreír. )
La gente empezó a llegar y en la cola se formó el bullicio, todos empujaban. Villa me tomó la cintura por detrás delicadamente, otra vez esa sensación, por un segundo sentí ganas de voltearme y besarle pero me contuve. Terminamos de comer, ellos seguían allí. Se levantaron y se dirigieron a nuestra mesa, los nervios eran reales y cogi la mano de Villa, él no se negó y entrelazó nuestros dedos con fuerza, no te soltaré jamás susurró a mi oído.
–Hey pareja, ¿qué tal?
–Juan Pablo nos debes una explicación, se lo contaste a Isaza antes que a nosotros. estoy muy dolido–se llevó la manos al pecho haciendo un gesto de muerte–
–Bueno le presento a Michelle. Michelle a estos 3 bobos ya los conoces y a Pedro también, ella es Daniela mi ex novia, y él es Felipe Ruan, está grabándonos un vídeo.
Saludé a todos, incluyendo a Daniela, a quien según sus gestos no le agrade demasiado y me gustó caerle mal, así de rara soy. Hablamos un rato y decidieron marcharse.
–Deberías habernos dicho que tenías mejores planes–dijo Isaza entre rizas –Juanpi mentiroso.–le azotó el culo y todos se despidieron.

Después de un rato hablando en el restaurante salimos para volver a casa, se hacía tarde y al día siguiente teníamos que madrugar, yo tenía que ir a la Uni y Villo debía ir a grabar con Álvaro Soler, el catalán más majo y lindo de todos, ojos y cabello color caramelo con una barba a juego y unos 2 metros de altura, siempre luce una amplia sonrisa y su voz es más que espectacular. Villa me contó que Universal les habían llamado para que hicieran el BSO de una película que no sabían cuál era aún así no rechazaron la gran oportunidad, me alegró mucho saber que estaban creciendo y consiguiendo tantos éxitos, seguía siendo esa típica chica del dándome la cual ama a su banda favorita y los apoya 24/7.

Empezó a llover muy fuerte, tuvimos que correr para no coger una buena hipotermia, hacía demasiado frío y no había ni dinero ni paraguas, Villa volvió a tomarme de la mano con la misma delicadeza que lo hacía y lo hace siempre, entrelazando nuestras manos lentamente. No pude contener las ganas y...lo abracé, sin motivo alguno, y aunque estaba empapado seguía siendo perfecto, el estar en sus brazos.
–Tendrás que correr Michy–esta vez salió corriendo mientras estaba sujeta a su mano–vamos, juegas al fútbol. Eres muy lenta–gritaba a la vez que seguía corriendo.
Y entre risas, algún que otro chiste malo y bastante agua, llegamos corriendo a mi portal. Había parado de llover aunque todavía caían gotas del tejado.
–Odio que llueva, ahora estoy hecha un desastre.
Noté como susurraba por debajo de su respiración,
pero yo conseguí oírlo: Esta noche estás perfecta.
–Sonó muy Ed Sheeran–le dedique una sonrisa.
–Lo es, encontré un amor para mí.
No pude decir palabra alguna entonces, él terminó con los centímetros que nos separaban, acomodó un mechón rebelde de su lindo cabello, por favor Juan Pablo, no hagas más eso, de verdad te más ves perfecto de lo que eres y aunque no lo puedas ver mi corazón late a mil por hora en cada uno de tus movimientos. No lo esperaba, no sabía cómo podía ser, nunca lo había pensando, ni a que sabría, no sabía lo que iba a sentir, lo única que sabía es que lo deseaba más que nada en este mundo. Y él cumplió mis sueños, como siempre. Porque Villito, tú me enseñaste a creer en los sueños y que en realidad, si se cumplen.
Sus suaves labios rozaron los míos la que sería la primera vez y no la última, sus manos bajaron a mi cintura y yo lo rodee por el cuello para tenerlo más cerca de mí, siempre quería tenerlo cerca y más en ese momento, solo quería que no acábese nunca, que su dulce boca jamás abandonara la mía. Toqué su pelo, mojado y el acaricio mi mejilla, pedí a los Dioses del Olimpo no despertar de aquel sueño.
Fue un instante, unos cuantos segundos pero en ellos habían mil sensaciones, y la más importante, miedo. Miedo de tantas cosas, deseaba que todo aquello no fuese pasajero y que fuese real, no podría perdonarme perderle y eso que aún no le tenía.
–Tengo que irme, nos vemos pronto.–besó mi frente y se marchó con prisas.
Recompuso todo mi corazón en segundos y también lo rompió en 1000 piezas, dejándome ahí sin explicaciones sin nada, con un beso que jamás olvidaré.
¿Por qué lo hiciste Villamil?¿Por qué te largaste en ese preciso momento?
Subí a mi apartamento y entre lágrimas tomé una ducha, no quería saber nada de nadie, solo de ti Villamil.