XI |[Especial 2K]|

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— Sabía que te encontraría aquí... Necesito hablar seriamente contigo... -.

Al escuchar su voz se puso un poco inquieto, ¿cómo había entrado?

Aún así, le pareció curioso el cambio de ánimos del chico. Golpeaba duro y no podía decir que no, cuando intentó besarle, este no puso oposición y a decir verdad, parecía tener cierta experiencia besando pero, al intentar ir más lejos como, querer ingresar su lengua en la cavidad del contrario, fue suficiente para que el rubio azotara su palma en el rostro del pelinegro, dejando marca hasta el otro día.

— Pensé que no te dejarían ingresar... -.se volteo para confrontarlo.

Aquel angelical rostro estaba deformado en uno de enojo e ira, parecía que le golpearía de nuevo pero no se iba a dejar dentro del local donde es casi un dios para los demás.

— Solo dije que era tu acompañante... No son nada exigentes con el ingreso... -. respondió.

— Ellos saben que sí me conoces es porque es verdad, no mucha gente sabe que alguien tan guapo como yo, existe... -.

— Sé un poco más humilde, ¿quieres? -.

La sonrisa dulce del pelinegro le puso los pelos de punta al rubio.

— Bien... Rinne, dejaré esto por aquí pero ya vuelvo... -.habló hacia el bartender quien asintió y guardó la bebida en un lugar seguro — Sigueme, Virgo... -.habló.

Estiró su mano para que el contrario extendiera la suya y poder tomarla pero, el rubio se contuvo manteniendo su semblante, las clases de teatro habían servido para algo después de todo, fuera de las grabaciones.

— ¿Se llama así? -.preguntó, era la primera vez que escuchaba un nombre tan raro.

— No, su nombre es Raul pero me parece gracioso decirle así, él tampoco dice mucho si le gusta o no así que me da igual... -.

Le miró dudoso pero no mencionó nada más para solo seguirle en silencio hacia lo que parecía, una escondida segunda planta.

Una sola persona venia bajando de ahí, se le veía adormilada y con su traje desarreglado. El olor del cigarrillo que iba consumiendo en su ida se quedó impregnado en el olfato de Virgo.

El rostro de aquel hombre era de melancolía, revuelto con una terrible resaca y sed. Se le notaba demasiado.

— Ven por aquí, no te quedes atrás... -.

La voz de Aries le hizo voltear hacia él, había abierto una de las primeras puertas dejando ver una pequeña cama de sabanas blancas desgastadas.

— ¿Qué es esto...? -.la preocupación le recorrió el rostro, no entraría ahí a hacer nada.

— Es el lugar donde podemos hablar con tranquilidad, se usa para aquello, claro, si lo que no quieres es hablar podríamos utilizarla de buena forma... -.

Sonrió mientras se cruzaba a brazos, le parecía divertido verle de esa forma, como si en realidad fuera a salir violentado de alguna forma.

— Solo hablaré así que, mantén tu distancia de mi... -.

Sin titubear, Virgo entró y cerró la puerta tras él, no dio paso más, si no, decidió quedarse frente a su única salida disponible. No se iba a quedar tranquilo frente a Aries y más, sabiendo que había cambiado tanto.

No era aquel chiquillo que vivió al lado antes de ser mandado al orfanato.

— ¿Cómo llegaste solo hasta aquí? -.Aries preguntó tomando asiento en la esquina de la cama que rechinó agudamente.

Fuck, I Love You {EN EDICIÓN} [Zodiaco Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora