XVIII

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Estaba más que nervioso, y con los incesantes sonidos de disparos en las plantas bajas, no le daba para pensar bien en nada, su mente brillante estaba totalmente bloqueada.

Inmolarse o no, ¿Podía hacer algo al respecto con esta situación?

Tomó el control en el momento que la lluvia de balas a la distancia se hacia presente, no dejándole pensar.

A la mierda todo, pensó. Solo quería matarlos y ahora perdía a la mitad de sus hombres.

Se puso en pie y con su otra mano tomó el radiocomunicador.

Camino con rapidez hacia la puerta para abrirla.

La carga de dinamita que había puesto era por tiempo, al activarse la primera carga del segundo piso, iría a seguir la del primero y por último, la del piso subterráneo, enterrando a todos de una vez por todas.

El tiempo no lo había definido pero no importaba, según su inventor, el tiempo por “default” era de un minuto y medio.

Era suficiente para él.

Siguió derecho, llegando a una ventana quebrada que había al final del pasillo, la maleza ya entraba por ella, subiendo y adheriendose a la pared escabrosa.

Entre la enredadera, apenas era visible una escalera de hierro, era la salida de emergencia por si en algún momento se producía un incendio en las plantas bajas.

Se filtró por la ventana quebrada, sin siquiera rozar los vidrios que sobresalían del marco y amenazaban con cortarle el pulcro saco de marca que llevaba, junto con su inmaculada piel.

Comenzó con sus descenso y justo en la mitada de el, saltó hacia el suelo. Avanzó alejándose del edificio; levantó el brazo con el radiocomunicador, acercándolo justo a su boca y lo encendió.

—Bien, Game Over -.

Él ya había sido el ganador.

Apretó con su otra mano el activador, y en pocos segundos, la primera carga de explosivos detonó.

Los escombros salieron disparados hacia todo lugar, las seis basas que sostenían el tercer piso cedieron, resquebrajandose y poniendo en peligro a que la planta superior cayera por el peso.

En dos minutos se podría decir que fue una victoria aplastante. (¿Entendieron el chiste? 7w7r) (:'v)

Miró su reloj de mano, el Rolex original color plateado con incrustaciones de piedras preciosas dándole forma, rubíes y diamantes. Disfrutaría como nunca esos pocos minutos que quedaban, al fin, pudo librarse de aquel grupo de hermanos molestos.

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Piscis, a como pudo, quitó la mordaza en su boca. Le dolía horriblemente las comisuras de sus labios, así como sus muñecas y sus tobillos, cuando la cuerda que los ataba no quería ceder a su esfuerzo por quitarla de algún modo.

Acuario y Cáncer no lograban moverse, tenían miedo de lo que pasaba afuera, temían por ellos y por los otros que se habían arriesgado por rescatarlos. El más pequeño, gracias a la caída directa contra el suelo, se había dañado de alguna forma su hombro derecho.

Leo, se arrastraba hacia la parte trasera de Libra, quería que le ayudará a quitarse la mordaza y así, con sus dientes, liberar las manos del librano.

El segundo hermano, a como pudo, se sentó para observar el panorama desde lo alto, odiaba con el alma ver a Cáncer llorar a un lado de Acuario que estaba de espaldas, posiblemente, llorando en silencio.

Fuck, I Love You {EN EDICIÓN} [Zodiaco Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora