La luz de la habitación seguía encendida, las dos personas que se encontraban en ella parecían congelados y reinaba un enorme y profundo silencio en el cual, el respirar del pelinegro de manera nerviosa era lo único que se escuchaba débilmente, el ojiazul parecía haberse olvidado de respirar.
Había algo en esos ojos grises asustados que antes había visto, pero no sabía dónde.
— ¿Quién... ? -.
No pudo siquiera terminar su pregunta, este se volteo rápidamente para salir como el susurro del viento por las puertas de vidrio. Piscis no podía dejarlo así.
Salió con rapidez detrás de él, solo para mirarlo tomar impulso y saltar desde el balcón.
Su corazón dio un vuelco al verlo saltar, después de eso, verlo correr en dirección hacia el frente de su casa. Se apoyó de la baranda de cemento que poseía su balcón, mirando hacia el suelo, sintiéndose un poco mareado.
Se alejó despacio para mirar a la nada.
Miles de preguntas asaltaban su mente, todas cayendo como cascada a su cabeza.
Se encontraba en un tremendo shock, tanto que, no supo cuánto tiempo permaneció allí, mirando a la nada, solo pensando y sacando sus propias conclusiones.
Recordó que, había visto algo que no estaba ahí antes de irse a dormir, algo cerca de su escritorio. Volteo su rostro hacia adentro cuando lo estuvo pensando varias veces seguidas, retomando cada vez el mismo pensamiento de voltearse y mirar.
Efectivamente, había algo cuadrado envuelto en un papel gris claro. Era grueso al ver la profundidad del regalo. Sí, tenía un gracioso listón azul frente a aquello.
Encima de su escritorio había una colilla, la carta de aquel desconocido. Se acercó despacio para tomarla y abrirla, cabe acotar que, sus manos temblaban sutilmente, no podía controlar de buena manera su cuerpo.
Leyó de manera rápida en su mente, acabando en tan solo pocos segundos.
Parpadeo un par de veces para leerla una segunda vez con más calma y en voz alta, había leído un par de palabras que no había entendido del todo, parecía que no estaban incluidas en un par de sus conclusiones.
— Hola. Sé que debes estarte preguntando que quién soy y cómo entre aquí para dejarte esto. Pero no podría responderte, lo único que escribiré es que... Yo soy tu admirador secreto y noto depresión en tu rostro, así que, espero que mi humilde regalo te haga estar más feliz. -.
Sí, había leído bien... ¿Un admirador secreto?
— Creo que arruine su sorpresa.... -.miró a la ventana.
Dejó la carta en la mesa y se puso de cuclillas frente al regalo, estirando su brazo para tocarlo. Era bastante sólido y no parecía sonar hueco.
Lo tomo arrastrándolo hacia su cama, era pesado, quién sabe cuánto le costó a ese chico subirlo hasta ahí.
Se sentó en el filo de su cama y decidió empezar a abrir el regalo, tratando de no rajar el papel aunque eran muchas sus ganas por romperlo y ver de una vez lo que traía dentro.
Al ver madera, se sorprendió. Él podía comprárselo, sí, pero, odiaba tener que pedirlo a sus padres. Él y su hermano mayor estaban conscientes que fueron adoptados así que, ambos, intentaban no ser tan pegados a ellos, así como, evitar todo problema hacia ellos.
Era un hermoso caballete de blanca madera, y un lienzo en blanco envuelto en papel periódico para que su color luminoso permaneciera de esa manera, así como, una cartuchera con las pinturas básicas y varios tipos de pinceles.
ESTÁS LEYENDO
Fuck, I Love You {EN EDICIÓN} [Zodiaco Yaoi/Gay]
Romance¿Hasta dónde se puede llegar luchando por lo que quieres? Seis chicos buscando lo más deseado y por lo que sus padres perdieron la vida. Seis chicos guardan el misterio de aquel inigualable objeto. ¿Podrán lograr lo que se propusieron o, perderán...