Fuck, I Love You {EN EDICIÓN} [Zodiaco Yaoi/Gay]

XVII

La oscuridad de la noche, intentaba inútilmente tragarse aquel edificio medio derruido, lo que antes era una base de algún grupo que se dedicaba al trasiego de droga, con una excelente posición en la montaña.

Ahora mismo, era tomada por aquel hombre llamado Ofiuco, que ya mantenía bajo sus garras a los seis hermanos de la familia Rouche.

Seis sombras aún más profundas que la misma noche, observaban desde la lejanía el lugar, ya con un plan para asaltar el lugar previamente listo.

El único que conocía dicha base era Géminis, por eso, Ofiuco quería su previa eliminación, había cosas que ni él mismísimo sabía sobre ese lugar.

Pero, antes de sumergirnos en el ataque de la llamada "animals colors", ¿Porqué no vemos lo que había sucedido anteriormente con Géminis? Justo en la madrugada de esta misma noche.

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3:45

El automóvil oscuro se estacionó justo al lado de la carretera, donde el barullo de la fiesta aún en pleno apogeo se escuchaba, retumbando los bajos en vibraciones consecutivas a sus ventanas.

Aries fue el primero en salir, topándose con la escena al fondo, donde un par de árboles se levantaban, en medio, un hombre yacía tirado en el suelo, al lado, otro hombre se mantenía sentado mientras se movía con preocupación, bastante nervioso y enérgico. Parecía que saldría corriendo lejos del lugar en cualquier momento.

Capricornio salió justo después, corriendo hacia la escena, tirándose de rodillas al lado y sin poder tocar el cuerpo, observaba el rostro del rubio.

Sangre salía de su boca, orejas y nariz. Tenía unos enormes moratones repartidos por toda la cara, un labio roto e hinchado. Su chaqueta oscura parecía húmeda, posiblemente era sangre. En su pecho, había una seña grande del disparo que recibió, justo en el pecho aunque, era imposible ver el hueco propinado en su piel.

Capricornio no sabía si tocarle y comprobar si estaba realmente vivo.

-Gracias por cuidarlo, nos encargaremos de él... -.

Tauro llegó por detrás del hombre que se había quedado cuidando del herido, asintió y se alejó con rapidez.

-A ver, compruébalo... -.habló Aries hincandosé al lado.

-Hazlo tú... -.respondió el pelinegro menor, temeroso de la respuesta que el cuerpo ajeno le daría.

-Bien -.

El mayor, sin temer en nada, estiró su brazo para tomar el brazo del caído, subiendo la manga y colocando sus dedos en la muñeca, con leve fuerza, sintiendo lo que él ya sabía.

Sin decir nada, llevó sus manos a la chaqueta de su hermano del medio, para abrirla y comprobar el impacto de la bala, llevándose una reconfortante noticia.

La bala sí había impactado pero, había sido sobre aquella maldita medalla de San Benito que siempre llevaba consigo, medalla que le había cedido su madre para que le protegiera de cualquier mal, en este caso, de una muerte segura.

-Es un desgraciado... -.suspiró Tauro alejando su vista del suelo, expulsando la preocupación que cargaba en sus hombros, como dos grandes gorilas pesados.

-Maldito idiota, y yo que siempre le decía que está mierda no le funcionaría de nada... -.Aries agachó su cabeza, tomándola con su mano mientras aguantaba sus ganas de llorar.

Capricornio se resignó a no decir nada, pero, aún había algo que no le gustaba, ¿De dónde salía la sangre que manchaba su chaqueta?

Estiró sus brazos abriendo un poco más de la camisa, dándose cuenta de la herida poco profunda que tenía en un costado, posiblemente de un cuchillo.