Capítulo 2: Le Mystère Commence

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–Hay querida, yo creo que la llave está en tu camerino, además me dices que no saliste de ahí.

–No creo Madame Giry, la busqué en todos lados y no está, moví todo para encontrarla y nada.

Era cierto, pero se negaba a creeme, no dejaba de repetirme que estaba ahí.

–Christine, tardará un poco en que pueda conseguirte un duplicado, todos están en la caja fuerte de los directivos, y no será muy fácil que te la den para que la dupliques, mejor te acompaño a buscarla.

Las bailarinas cuchichearon algo entre ellas, lo cual me molesto, y una de ellas gritó exasperada.

–¡Es el fantasma!–  todas le dijeron que se callara.
–¡Chica, el fantasma te debió robar tu llave!
Todas se echaron a reír y ella se tornó roja.
–¡Niñas!– las regañó Madame Giry
–Ella es nueva aquí, además el fantasma no ronda por allá.
Me sentí extraña e iba a preguntar cuando la bailarina dijo:
–Como es nueva pensó en darle la bienvenida asustandola.
Las otras se reiron más fuerte y Madame Giry las miró enojada.
–¿Qué fantasma?– al fin pregunté deseando resolver mi duda.

Madame Giry estaba a punto de responder cuando una bailarina habló:

–Se dice que hay un fantasma en la Ópera, algunos creen haberlo visto, otros solo se aprovechan de eso para hacer bromas–  hizo una pausa mirando a todas
–Son superticiones, no es verdad.–
Madame Giry iba a opinar algo y finalmente no lo hizo.

–El fantasma si es real–  dijo la bailarina.
–Si, como digas–  contestó la otra
Justo empezaba una discusión cuando decidí regresar a mi camerino y buscarla por mi cuenta, a lo mejor si estaba ahí, no esperen esas bailarinas creidas que iba a creer sus cuentos de fantasmas.
Ópera de maniaticos.

Después de cruzar nuevamente el pasillo llegué y abrí la puerta de mi camerino, a ver, ¿dónde estará esa llave? No me iré de aquí sin encontrarla y dejar este lugar abierto y solo de noche.

Antes que nada saqué las cosas del closet y revisé todo para corroborar que no faltaba nada, me alegré de que así fuera y comencé mi búsqueda de la dichosa llave.
Moví todo y lo volví a acomodar y nada, encendí las velas porque me estaba quedando sin la luz de día.

Ya estaba exhausta, ahora si tenía un motivo para estarlo, será que el dichoso Fanstama se la habrá llevado, ¿para qué la querría? ¿Para encerrarme? Pensé con ironía y me reí un poco para mis  adentros, en mi rostro se dibujó una pequeña sonrisa que se esfumó cuando pensé en algo.
Me empezó a entrar el nervio y corrí hasta la puerta.
Giré la perilla lentamente y se abrió, sentí un alivio al ver que si abría.

La cerré, me paré en el centro frente al espejo y me quedé pensativa.
Nadie pudo haber entrado la primera vez que me salí y me niego a creer en el fantasma.
Volteé un poco la cabeza hacia la izquierda y vi algo brillante bajó un mueble.
Me agaché por ella y sostuve la pequeña llave en mis dedos, estaba aquí y con el reflejo de la luz la pude encontrar.

-Creo que hoy no fue el fantasma- pensé alegremente, ya era hora de que me fuera a casa con Madame Valerius, mañana me daban mi papel y tenía mi primer ensayo.
Debía estar tranquila y fresca.
Mañana era otro inicio a mi vida, nada mejor que eso, cómo desearía que mi padre pudiera verme o... o... Raoul, mi pequeño amigo que no veo desde hace años.
Guardé la llave y preparé todo para irme.
Ya iba oscureciendo más y no quería que me agarrara la noche aquí, apagué las velas y la oscuridad llenó el cuarto, salí y cerré la puerta tras mi espalda y le puse llave.

Salí de la Ópera y le pedí al carruaje que me llevara a casa.

Al llegar Madame Valerius estaba muy emocionada
–¡Oh querida! ¿Cómo te fue?
–Bien Madame Valerius, es precioso formar parte de la Ópera pero mañana es el día importante así que hay que guardar la emoción para mañana.
–Tienes razón Christine, debes descansar, mañana será el mejor día de todos.
Me dio un abrazo
–Estoy muy orgullosa de ti.
–Gracias a usted Madame  Valerius– dije pero, la débil sonrisa de mi rostro desapareció, terminó el abrazo y me despedí de ella.
Fui a mi habitación.

Me costó conciliar el sueño pero finamente lo logré.

The Angel of MusicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora