Llevaba tres semanas en la Ópera, me encontraba en mi camerino caminado de lado a lado estudiando las canciones para la primera presentación de dentro de dos semanas.
¡Dios! No me podía concentrar, no sé si era mi imaginación o sonaba horrible, menos mal mi camerino estaba alejado de todos y nadie me escuchaba.Prácticaba la canción una y otra vez si encontrarme a mi misma, como se notaba que no era mi sueño estar aquí desde que murió mi padre, lo extrañaba tanto, ¿cómo es que lo perdí? Y a mi madre y a Raoul... Raoul, la última vez que lo vi yo tenía 14 años, lo odié tanto por ya no ser el mismo de antes, por no ser mi Raoul.
Me miré completa en el espejo y me sentí tan estúpida ¿En qué problema me metí al entrar a la Ópera y ademas como una corista sin sentido?
Caminé al tocador y tomé una foto de mi padre yo sentía que me parecía a mi madre, pero era quien era gracias a él.
Sentía las lágrimas brotar de mis ojos, y al momento de ver la letra de la canción tirada en el suelo me solté a llorar, estaba perdida, ¿Quién es Christine? No es la mujer que está llorando en el tocador, recargué la cabeza y miré la foto de mi padre todavía lloraba, ya estaba muy oscuro y no quería llegar a casa de Madame Valerius, a mi casa, empezaron a cerrarse mis ojos, trataba de mantenerlos abiertos pero se me cerraban solos. Los dejé hacer su trabajo y entré en profundo sueño."Mi padre estaba sentado a lado mío, me miraba dulce como siempre, Gustave Daaé, un violinista como nadie, podía hacerte sentir cada nota, cada cuerda vibraba con una sensación difícil pero en lugar de tocar el violín para mí, comenzó a cantar, ¡era la canción de la obra! Oh, sonaba tan melodioso, me sentía vibrar con cada palabra, tenía la sensación del violín pero en una voz melodiosa, era la voz más perfecta y exquisita, me sentía hipnotizada, cada nota entraba en mis oídos produciendo una sensación y una emoción distinta, se tenía la sensación de una alegría inmensa pero con un toque de nostalgia, nunca había oído algo así.
Sentía acumularse todas las emociones en cuerpo, me parecía estar en terreno desconocido por todos, dónde solo estaba yo y ¿mi padre? ¡No! No era mi padre, no sonaba como mi padre, a pesar de llevar tiempo fallecido yo podía recordar su voz, esa voz... esa voz era algo de otro mundo, imposible que fuera algo mundano, sonaba tan melodioso como un Ángel, no como algo terrenal"El sentido regresaba a mi, parpadee varias veces hasta quedar despierta completamente, me tallé los ojos con la mano pasé las manos sobre mi cabello para acomodarlo, estiré los brazos y me levante.
Miré todo extrañada y pregunté en voz alta: -¿Qué acaba de pasar?- vostecé y me fui al baño a lavar la cara.
Me asomé por la ventana y vi que ya iba a amanecer
–¡Por Dios!– exclamé y pusé una mano en mí boca –¡Ya es muy temprano!
Sentí que había dormido minutos, no creí que hubieran pasado horas.–Madame Valerius va a matarme.– acomodé todas mis cosas para irme mínimo un rato a casa.
Puse llave a la puerta de mi camerino y caminé hasta salir de la Ópera.
Decidí irme caminado, todo estaba tranquilo, pero tenía la sensación de que alguien me seguía, voltee hacia atrás varias veces pero no vi a nadie, llegué a casa después de media hora y entré.–¿Dónde estabas?– dijo con tono de regaño
–Perdone Madame Valerius, me quedé practicando hasta tarde y luego me quedé dormida.
–No lo hagas Christine.– hizo una pausa como pensado que más decir –Puede ser peligroso que te quedes ahí de noche y que, sobre todo, regresaras sola.
–Lo sé, pero no va a creer lo que sucedió– dije con más emoción de la que debería.
–¿Qué pasó?
–Soñé con mi padre como tiene tiempo que no lo hacía y me cantaba, era una voz diferente, pero parecía salir de mi padre, era la voz más perfecta que se pudiese escuchar, como desearía que la hubiera escuchado, no hay nada igual, una voz llena de pasión y entrega, solo mi cabeza pudo haber soñado con esa voz, esa melodiosa armonía, me sentí en el cielo.–
Ella solo me miró negando con la cabeza pero con una sonrisa.
–Suenas ilusionada.–Lo estoy, fue el mejor de los sueños pero a la vez el más triste.
–Ve a descansar un rato, será mejor que duermas en un lugar cómodo.
Le di un abrazo y me fui a mi recamara sin dejar de llevar en mi mente el sonido de esa voz, de la voz.
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The Angel of Music
AléatoireEl Ángel de la Música sería más que una historia llena de ilusiones y para una chica en particular, era una promesa. Llegar a terreno extraño, con la soledad de paso, una pérdida terrible y la falta de espíritu, era una terrible tragedia. En la Óp...