Capítulo 10: Marguerite

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La semana más caótica de todas, nuevos directores: Moncharmin y Richard.
¡Carlotta cayó enferma! ¡Su suplente también!
Y hoy es la noche que el Ángel me prometió.
Yo interpretaré a Margarita.
Estaba llena de flores en el cabello, vestía de blanco como una novia.

Me veía muy bella.

Llegó el momento, estaba frente al público, parada sobre el escenario.
La gente miraba extrañada.
Mis manos temblaban, tenía miedo de fallarle al Ángel, pero sabía que estaba conmigo.

Comencé a cantar, sonaba como nunca antes, no podía reconocer mi propia voz, sentía a mi Ángel aunque no le viese, podía oirlo en mi oido, contándome, así solo eramos los dos existiamos solo los dos y todo el público desapareció.
Cantaba, cantaba.
Mi alma se desprendía de mi cuerpo, me llevaba a otro lado.
Alcancé tal nivel de esfuerzo que cuando acabé me desplomé en el suelo.
Perdía el cocimiento, escuchaba los aplausos de admiración de todos en la sala.

Volteaba los ojos esperando ver a mi Ángel, pero no le encontraba.
Me había prometido ir.

Alguien me cargó y me llevó en brazos, no pude verle la cara, perdí el completo conocimiento.

Desperté en mi camerino, la luz me impedía abrir bien los ojos, oía la voz de una enfermera.

-Ya Está despertando, pobre niña, hizo un gran esfuerzo-
-Cantó maravilloso-

¡¿Raoul ?! Sonaba como Raoul.
Las siluetas iban cobrando fuerza, y comencé a reconcer el rostro de mi amado amigo.

-Christine- se puso en una rodilla rozando la orilla de la cama para estar cerca.

Traté de poner cara de que no lo conocía. ¡Estaba aquí! ¡Y en el espacio privado de la voz y yo!
El Ángel no debía reconocerlo.

-Aún recuerdo a la pequeña Lottie perdiendo su bufanda en el oceano-

¡Ay no! Mi plan ya no funcionó.
Con eso debía reconocerlo.

Miré a la emfermera y me reí.
Comencé a levantarme lentamente.

-Con calma- Raoul puso una mano sobre la mía.

Se me fue el color de la piel. No podía estar pasando esto.
Se me acaba de ocurrir que tengo que hecharlo.

-¿Por favor me podrían dejar a solas?-

Ellos me vieron con sorpresa.
Fui a abrirles la puerta.
Raul era el más confundido.
Cerré la puerta cuando terminaron de salir.

Esperé 5 minutos y le comencé a hablar a mi Ángel.

-Gracias por esta noche, ha sido la mejor de mi vida.- suspiré al ver la foto de mi padre. -Lo has de haber puesto muy orgulloso- sonreí para mi misma.

No oía nada, no había respuesta.
Esperaba que esa noche me felcitara, me dijera palabras de aliento, mínimo que estuviera conmigo, pero nada.
No me hablaba.

No creo que se hubiese enojado por Raoul, lo corrí, hace unos días habría muerto por eso, ahora solo fui grosera con él.

Las lágrimas, pequeñas gotas de agua salada que brotaban de los ojos. Estaba tan acostunbrada a ellas.
Mi Ángel no hizo aparición y yo único que pude hacer fue llorar de dolor y desilusión.

¿Acaso no debería está aquí?
No, quién sabe dónde estaba, a lo mejor era la despedida, era hora de decirle adios a mi Ángel, puede que yo ya no le necesite más.
Puede que ya haya cumplido con su deber para conmigo.

Lloré, lloré, lloré por todo.
Incluyendo como trate a mi amigo de la infancia. Raoul.

Acababa de lograr el mayor exito de mi carrera y estaba tan sola.
No había nadie conmigo.
Nadie.
Es hora de volver con Madame Valerius.
Ella había asistido y le dije que me encontraría con ella en la casa.
Todos los caminos terminaban con Madame Valerius.
La única que nunca me ha abandonado y que algún día Dios se la llevará.

Mi camerino estaba lleno de flores, vi las de Raoul por la nota. Pero lo que más llamó mi atención fue la rosa roja con un listón negro amarrado, justo tirada sobre el espejo.

¿Podría ser de mi Ángel?
¿Qué será de mí sin él? No creo poder continuar sola.

Sentí cuando salí que me estaba despidiendo, me llevé la rosa conmigo, deseando fuertemente que si fuera suya.

Mi rutina con mi madre adoptiva fue la misma de siempre, llegaba la hora de al fin descansar, moría de cansancio, físicamente ya no tenía fuerza de nada más.

........

Hola a mis pocos pero existentes lectores, les quiero agradecer por estar leyendo, la verdad no me considero buena escritora pero el ver alguien la leía me animo a continuar y no borrarla, esta es para ustedes.
¡Gracias!

The Angel of MusicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora