Castle Combe. Sabía cuál era. O eso creía. Tenía una leve pista de haberlo visto en alguna película.
-Habla de Castle Combe, donde hicieron la película del caballo guerrero o algo así.- Sip, mi memoria no fallaba del todo.
-Exacto. – Y con eso se dio la vuelta y dio por terminada nuestra conversación.
Una vez en el tren me relajé y comencé a pensar en el chico con el que me tope en el aeropuerto. Era alto, con ojos bien verdes y cabello castaño. Era lindo, y yo lo único que hice es mirar como loca mi boleto. Seguramente pensaba que era una niña tonta, aunque no se veía mucho mayor que yo. Probablemente nunca lo iba a ver otra vez, así que cuál era el caso en pensar en el. Empecé a escanear el tren en busca de alguien con quien charlar. Me aburría muchísimo y tenía que entablar conversación con alguna persona o me volvería esquizofrénica.
Encontré a mi presa. Bueno a un grupo de chicos de mi edad que estaban riéndose a carcajadas en unos asientos más adelante que el mío. Me acerqué y me presenté. Hablaban inglés, como era de suponerse. Estuve con ellos todo el viaje y me reí muchísimo. Me había olvidado lo que se sentía estar con mucha gente de mi edad desde la secundaria. En Barcelona son estaba con Mel y con Liam, el de la caja registradora, así que mi club de amigos no era muy extenso.
Se bajaron unas paradas antes que yo y miré para ver quién más quedaba en el tren. Al parecer había un par de personas mayores, pero eso era todo, seguramente estábamos llegando al pueblo en cuestión.
Apenas bajé del tren una figura que reconocía salto sobre mí y me sonrió muy abiertamente.
-Llegasteis, estaba muy preocupada porque sabía que estaríais molesta conmigo por dejarte sola.- puso su cara de cachorro, y no pude resistirme, le devolví la sonrisa y la volví a abrazar.
-También te extrañé, no puedo enojarme contigo después de que me hiciste viajar en un jet privado.- dije soltándola y riéndome por toda la situación.
Soltó una risita.- Sabía que lo disfrutaríais. Bueno ven que nos tenemos que instalar y preparar para ir al bar.- dijo tironeándome hacia el pueblo.
-¿Estás segura? En realidad me gustaría descansar un día al menos, fue un viaje largo.- estaba bostezando como loca cada dos segundos. Mi amiga me miro y negó con la cabeza.
-No, no señorita. Todo el pueblo está enterado de que llegaríamos así que quiero conocer a los tíos de por aquí.-Vamos, ¿enserio? Esta chica no había pasado ni media hora en este pueblo y ya quería tener un chico. Increíble.
-¿Y por qué no vas tú?
-Porque no voy a dejarte sola, es nuevo para ti y quiero que veas a este lugar como tu casa.-hizo una mueca.
-¿Y cómo me va a ayudar el bar a ver como hogar a este pueblo?- Enserio no tenía una excusa coherente para esto.
-Bueno- se quedó pensando – se puede encontrar a alguien apuesto para que nos muestre el lugar.- dijo con una sonrisa de suficiencia.
-Ja ja, a toda costa quieres ir, bueno, pues iré. Mañana me dejarás dormir todo el día. Ni un solo ruido. ¿Trato?- de alguna forma sacaría provecho de esta situación.
Me miró como si fuera lo más tramposa del mundo. Sip, tenía mis trucos bajo la manga para hacer que ceda.- Trato hecho.
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Diez mil años
Fantasy¿Qué pasaría si todo tu mundo se pone de cabeza? Vera Cooper se enfrentará a todo un mundo nuevo para ella. Pero ¿A qué costo? ¿El apocalipsis? ¿O todo es obra del gobierno?