A veces dicen que no te olvidas nunca de tu primer amor, de esa sensación dentro de ti que te dice que está todo de maravilla solamente cuando estás a su lado.
De niña creía que el amor de novelas, películas y series era completamente una mentira, fea y barata que nos vendían a niñas ilusionadas y creativas. Al ir creciendo pude confirmar esa teoría más de lo que me hubiera gustado creer.
Tuve novios, tuve aventuras, pero nunca amores tan profundos y duraderos, y a veces solo lo sabes, sabes cuándo se convierte en algo más, a pesar de que nos sintamos enamoradas al primer momento de conocer esa persona, luego desaparece y te acostumbras a esa persona, a lo que hace, a lo que dice, y allí es el momento decisivo en donde te das cuenta que estás enamorada en serio o solo lo quisiste por mero capricho.
Jared, siempre pensé que nunca lo volvería a ver, trate de imaginarme diferentes situaciones en las cuales haría las cosas bien y estaríamos juntos pero mis esperanzas se habían desvanecido una vez que me trajeron a este lugar y permanecí casi como rehén.
Estaba cambiado, el color de sus ojos seguía siendo el que tanto me gustaba pero alrededor de ellos había experiencia, no mostraba mucha emoción.
Se sentó en mi cama y tomó mi mano.
-No sabía si te volvería a ver- le dije. Estaba nerviosa, no parecía que fuera el mismo Jared con quien me besé y a quien amaba tanto.
-Lo sé.- Quería que dijera algo más, que me explicara como es que seguía vivo después de tantos años, pero no me hablaba y eso no me bastaba así que lo único que hice fue quedarme callada hasta que él iniciara de nuevo la conversación, después de unos segundos bastante incómodos siguió hablando.-Tengo que contarte algunas cosas primero supongo.
NONONONONO, mi cabeza era un remolino de pensamientos, esto no debía pasar justo ahora, estuve en mi habitación un segundo y al otro estaba en un campo de flores demasiado rosas para saber si era ese color exactamente, caminaba junto a Cristobal y yo estaba al parecer llorando, abrumada.
Miro hacia arriba y la inmensidad del cielo me abraza un segundo, y al otro estamos en un bosque, las copas de los pinos nos tapan la visión completamente de lo que pasa a nuestras cabezas y al mirar hacia el frente me fijo en una pequeña cabaña de madera, un poco descuidada a mi parecer pero en un abrir y cerrar de ojos me proyecto.
Estamos sentados frente a frente con mi querido amigo y tenemos una taza de té humeante en nuestras manos, la cabaña resulta mucho más acogedora desde adentro con sus pisos de madera pulidos y paredes revocadas blancas, con muebles clásicos y una gran escalera caracol en el centro de todo, nosotros a la orilla de la casa con un gran ventanal hacia lo que parece ser una quebrada y el bosque que pareciera se fundiera con nosotros cada vez más.
Miro directamente a los ojos de Cristobal consciente de que hace minutos solamente estaba sentada con Jared en una habitación probablemente alejada de este lugar.
-Esto es lo suficientemente raro para preguntar qué hago aquí.-mi amigo se acomoda en el asiento y me mira con la sonrisa más grande que le he visto nunca.
-Vera vera vera- me reprende sin abandonar esa sonrisa.-Siempre haciendo muchas preguntas, te lo explicaré cuando sea el momento, ahora solo disfruta de tu té.- me concentro en el paisaje cuando noto que se ha ido, llamo por su nombre pero nadie contesta y pareciera que en mi interior estoy bien con ello, salgo al bosque para explorar un poco pero al instante me siento completamente mareada y caigo al suelo.
La neblina se arremolina en mi cabeza y estoy decidida a luchar contra ella, camino en círculos por lo que es completamente imposible seguir con lo que hago y dejo que me consuma, duele y mucho pero es un dolor que puedo soportar.
Abro los ojos y estoy en el suelo de mi habitación nuevamente, mis manos y mi cabeza sudan y me siento muy agitada, me he golpeado las rodillas al caer y se han pelado un poco. Trato de recomponerme pero alguien inmediatamente me ayuda a levantarme, solo que ya no es Jared, sino el que me ayuda es uno de los doctores y al ver a mí alrededor mi visión se acostumbra y me doy cuenta de que estoy rodeada de ellos. Mirándome con caras extrañas salen uno a uno de la habitación y comienzan a murmurar entre ellos. Después de un tiempo me acostumbre a ese comportamiento en ellos.
El que me levanta se nota sumamente preocupado por mí.-Disculpe señorita Cooper, pero que fue lo que ha pasado, la hemos perdido por más de catorce horas.- me dice muy confundido y esperando a que le dé una explicación coherente de todo lo que me ha pasado que a mi parecer fueron solo unas cuantas horas.
-Disculpe pero yo tampoco sé muy bien lo que me ha sucedido, en cuanto lo averigüe, créame, que a alguien se lo contaré.
Con eso me dejó sola de nuevo, caminé hacia el baño proponiéndome tomarme una ducha para despabilarme, y sacándome la ropa me di cuenta de algo increíble. Mi camiseta olía a hojas y a té recién hecho. Y mis zapatos, cubiertos de barro.
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Diez mil años
Fantasía¿Qué pasaría si todo tu mundo se pone de cabeza? Vera Cooper se enfrentará a todo un mundo nuevo para ella. Pero ¿A qué costo? ¿El apocalipsis? ¿O todo es obra del gobierno?