Capitulo 6: Día con Yuma

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Narra Akane

No puedo evitar nos ver las pocas flores que hay en el balcón. Puedo recordar claramente a Yuma plantadolas con una pequeña sonrisa en su rostro pidiendo que las riegue con mucho cuidado.

No puedo evitar hacerlo cada día por las preciosas flores.

Asomarme a la ventana en ese punto en el cual veo el sol por ultima vez escondiéndose acompañada de la fragancia de las flores.

—Oe, ¿ya estas lista? Llevo mucho tiempo esperando a que te cambies.

—Lo siento Yuma—me disculpé al verlo entrar en mi habitación—¿vamos?—me miro por unos largos minutos antes de terminar asintiendo.

—Que mas da. Vamos.

Camine detrás de Yuma todo el tiempo, normalmente no iría al jardín de Yuma ni aunque me lo pidiera. Según “ée hombre” podría  marchitar las flores. 

Podria provocar su muerte.

Yuma de detuvo y provoco que me chocará con el dándome cuenta de que miraba hacia el exterior por la puerta del jardín trasero. Me miro de reojo extrañado.

—Lo siento. Estaba un poco pensativa no me di cuenta cuando te de tuviste Yuma.

—Bien. Comencemos Akane.

Cuando el salió hacía el jardín, me dejo para ver el precioso jardín que se extendía ante mí. Todos los vegetales se veían bien buenos y las pocas frutas estaban bien cuidadas.

Un jardín bonito.

—Hermoso—murmuré sin poder quitar mi vista de ese bello lugar.

—Cierto, lo he cuidado con mucho esmero. Quiero que me ayudes a cosechar las frutas y verduras ya maduras para la cena-dijo a lo que asentí.

El me paso una canasta y ambos empezamos a cosechar las frutas y verduras maduras, de vez en cuando el me miraba de reojo y me daba una que otra fruta o verdura para probarla, su sabor era indescriptible era muy delicioso no me gustó, me encantó.

Ya habíamos terminado de cosechar las últimas frutas cuando el me dió una sonrisa me acorralo contra el invernadero y me mordió con un poco de necesidad, ahora que lo pienso a pasado un buen tiempo desde que el bebió mi sangre, así que lo deje que tomará todo lo que necesitara.

Comenzaba a sentar el cuerpo ligeramente pesado y cuando se separo débilmente me logré sostener contra la pared de invernadero.

Fue tan sorpresivo.

Pense que lo notaria al instante y me tranquilizaría para cuando me clavara sus colmillos. Dolió más de lo debido.

Aun podía sentir como si dos pequeñas agujas hubieran agregado mi piel. Temblé ligeramente al recordar a Yuma acorralandome me sorprendió mucho.

—Gracias Akane-chan. Lo siento por asustarte no era esa mi intención—murmuró sus últimas palabras para tomarme de la cintura antes de que terminará en el suelo—gracias y lo siento una vez más, Akane-chan.

—No es nada. Para eso estoy aunque ten un poco mas de cuidado—podia ver ligeramente como mi mingo se movía a mi alrededor—creo que debería descansar.

—Ohh, claro. Te llevaré bajo la sombra del árbol—camine lentamente con su ayuda hasta lograr apoyarme en el.

—Creo que me excedí un poco—dijo con la mirada baja a lo que yo negué con la cabeza—aun así gracias espérame aquí te traeré un poco de jugo.

Lo vi desaparecer en frente de mí.

Sonreí débilmente recordando el semblante preocupado de Yuma, todos siempre se preocupaban por mí y nunca había escuchado quejas de que sea molesta.

No se que haría.

Los adoro. No podría alejarme de ellos hacía como si nada si me separaron de ellos quizas moriría por no poder contninar mi vida sin su existencia a mi alrededor. Ellos se habían vuelto una razón para soportar vivir entre vampiros.

¿Que haría si ellos desaparecían?

Morirme.

Una respuesta tan egoísta y patética para muchas personas, morirte por otros pero que haría sin ellos si toda mi vida había vivid sabiendo que esto algun día pasaría, no podria continuar con mi vida sabiendo que habían otros vampiros que tomarian de mi sangre y quizas podrían matarme. Si ellos desaparecían mi vida terminaría con las suyas.

Ví a Yuma caminar lentamente hacia mi con una pequeña caja de jugo en su mano, luego la extendioa hacia mi esperando a que lo tomará y hacia lo hice.

Al abrirlo pude sentir ese ligero sabor amargo que no me gustaba para nada.

A principios de mí llegada tuve que tomar muchas de estas pequeñas cajas, los Mukami habían pasado un largo tiempo sin tomar y al final siempre terminaba desmayandome por las grandes pérdidas de sangre.

Al verme consumir la bebida se sentó tranquilo aun lado mío. Logre apoyar mi cabeza sobre su hombro al sentir mi cabeza ligeramente pesada . El ambiente era tranquilo y sobre muestras cabeza podía ver el cielo ligeramente teñido de amarillo.

Sentí la mano de Yuma posarse sobre la mía para entrelazarlas sonriendo mientras veía el jardín.

—¿Estas mejor? ¿Debería llamar a Ruki para que te revisé?

—Estoy bien, solo me sorprendió tanto que fuera tan de repente. La siguiente vez solo ven y toma mi sangre cuando la necesites debes tener cuidado con tu salud.

—Pero tambien debemos tener cuidado al tomar tu sangre podria darte anemia.

—Estoy bien, mi salud es buena ahora todo estará bien y una escena como esa vez no volvera a pasar.

—A decir verdad esa vez tuve un poco de miedo—murmuró dando un pequeño pequeño apretón en mi mano. Para luego soltar un suspiro pesado—te desvaneciste tan de repente, sentí miedo de que algo malo podría pasarte por mi culpa—pude ver unas pequeñas lágrimas amenazar con salir de sus ojos. Apoyo au frente en mi hombro soltando un suspiro—esa vez estuviste tanto tiempo sin despertar pude haberte matado Akane, ¿que hubiera ocurrido si te mataba? Ahora no estarías  con nosotros y no serías nuestro ángel.

—Esa vez mi salud no era tan buena—susurré pesadamente recordando el porque—ahora estoy bien, ustedes cuidaron tanto de mí que mejoré mucho.

Solo desvío la mirada.

Quizas nunca se lo perdone, pensándolo bien Sakura tampoco se lo ha perdonado aun lo sigue odiándolo con tanta fuerza que le es imposible hablar con él como antes. Si no hubiera sido tan débil ella no lo odiaría tanto.

Akira no lo sabe y tampoco se llevan bien creo que la unica que se lleva bien con él es Megumi.

Que tonta que soy

Por mi culpa Yuma tampoco tiene la confianza de sus hermanos por ese maldito momento. Quizá “ese hombre” tenga razón en algo, soy como una maldición.

—Akane-chan—murmuró mi nombre sin mirarme. Lo e lastimado—¿te recuerdas de como nos conocimos? ¿Aún tienes el valor de recordarme?

—Si—murmure pesadamente y cerré los ojos regresando a ese momento—lo recuerdo perfectamente. Era muy temprano recuerdo que en ese momento aun no había llegado con ustedes pero tenia la libertad de salir al exterior, ese día me dirigía a una tienda de jardinería.

Viviendo con un angel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora